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Nadal se estrella con el Djokovic más despiadado

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Mientras Novak Djokovic mantenga este nivel nadie en el circuito ATP podrá hacerle frente. El número uno del mundo acumula dos años a un nivel estratosférico del que parece complicado que baje. Novak fue el último verdugo de Rafa en 2015 en las semifinales del Torneo de Maestros de Londres y ha sido el primero en tumbar a Nadal en este año nuevo. De forma contundente, sin ningún tipo de bajón, Dkojovic se comportó como un martillo pilón que no paró de lanzar winners a las líneas.

El mejor tenista español de todos los tiempos asistía atónito a un vendaval. Nadal despertó pronto a la bestia. En el primer juego del partido dispuso de una bola de break. En otro tiempo, su rival la hubiese dejado estar, pero el actual Djokovic es voraz hasta para esas cosas. Sólo así se explica que el último set que le ganó Nadal en un partido al serbio data de junio de 2014, en Roland Garros.

Djokovic respondió rompiendo el servicio del balear y estableciendo inmediatamente el 3-0. Nadal se debatía entre jugar como siempre ha hecho contra el serbio –jugando al contragolpe– o adoptando su nuevo tenis agresivo y con la iniciativa de su lado. En ese debate interno, el ganador de 14 Grand Slam alternaba sin encontrar una continuidad en su juego.

Djokovic se apuntó la primera manga con un abultado 6-1 y al inicio de la segunda minó aún más la moral del español rompiendo su saque nada más iniciarse la manga. Nadal, a diferencia de otras citas con el serbio, no bajó los brazos y peleó cada bola hasta la extenuación. Sin embargo, Djokovic vive ahora mismo en una dimensión paralela del tenis donde las líneas son sus aliadas e incluso la red le guiña si es necesario.

Nadal poco o nada pudo hacer ante la fortaleza de un serbio que no olvida como el español le ganaba en cada partido la batalla psicológica. Ahora es al contrario. A Nadal le funciona con el resto del circuito su nuevo modo de juego agresivo, sin embargo, ese estilo contra Djokovic le hace parecer un juguete en manos de un niño con malas pulgas.