De lo que podía haber sido la fiesta del tenis español en la Davis al ostracismo

España entera tenía señalado el viernes 22 de noviembre en su calendario. Se intuía que sería el día del homenaje a Rafa Nadal. El cauce esperado de la Copa Davis así lo marcaba. Al menos el curso lógico que pasaba porque España eliminara a Holanda y arribara en semifinales este viernes. Pero salió cruz.

Granollers y Alcaraz no pudieron con la dupla neerlandesa que selló el billete tulipán a la antesala de la final y adelantó la retirada de Rafa. Los aficionados vieron cómo su Nadalmanía reducía los niveles hasta desplomarlos por los suelos. Porque las miradas oteaban este viernes como el día de la fiestas del tenis nacional.

En Málaga, con España en semifinales, la posibilidad de Nadal de jugar un partido y la seguridad de un homenaje organizado, sin improvisaciones ni trompicones. Eso era el escenario ideal. Lo que no entraba en el imaginario de los aficionados era que Holanda se cruzaría en ese camino con la mentalidad de arruinarlos.

Muchos eran los que habían comprado entrada para semifinales y final, que se disputan entre el viernes 22 y el domingo 24. El fin de semana se presentaba como una oportunidad de júbilo de la raqueta española, pero la grada lució descafeinada. Demasiados españoles se habían dado en el Carpena para amortizar una entrada con la que pensaban ver a España y Rafa y terminaron con Holanda y Alemania como invitados inesperados en las semis de la Davis.

«Venimos mi padre y yo de Córdoba a Málaga para amortizar las entradas. La verdad que nos sentimos algo jodidos. Vi la eliminatoria contra Holanda en casa por la tele y acabé muy enfadado», asegura José Antonio a OKDIARIO. Mismo sentimiento profesan Dani y Juan, dos amigos madrileños que tenían entradas, viaje y alojamiento pagado en la Costa del Sol hasta que acabase la final.

«Venimos de Madrid. Tenemos entrada para las semis y la final, no para tuvimos para el de Holanda y nada, nos quedamos sin verle jugar. Lo vimos por casa. Una putada, es una putada porque teníamos todo el pack. El viaje, la estancia para pasar un fin de semana alegre y al final nos hemos quedado algo tristes», asegura el aficionado madrileño, uno de los aficionados que, pese a contar con menos ambiente, ha decidido amortizar su entrada y presenciar el mejor tenis de naciones.