Los italianos más antideportivos de la historia
No es una mera casualidad que una de las palabras más sonrojante del deporte fuera inventada por italianos. El término biscotto, también conocido como pastelear o arreglar el resultado de un partido, se aplicó por primera vez en el fútbol azzurro hace algunas décadas. Italia siempre se ha distinguido como un país muy competitivo, pero también uno de los que lleva al extremo cualquier cosa vale para ganar. Repasamos algunos de sus deportistas más recordados por su antideportividad.
Mauro Tassotti
Una generación de españoles vivió años odiando a este tosco central. Su carrera luce títulos por doquier tras haber militado en los AC Milan de Arrigo Sacchi y Fabio Capello. 1994 fue el año en el que se convirtió en la bestia negra del deporte español. El defensa levantó la Copa de Europa en Atenas tras vencer 4-0 al Barcelona de Cruyff y ese mismo verano partió la nariz de un codazo a Luis Enrique en los cuartos de final del Mundial de Estados Unidos. La FIFA actuaría posteriormente de oficio sancionándole con ocho partidos y retirándole definitivamente de volver a vestir la camiseta azzurra.
Dino Meneghin
El pívot fue una auténtica pesadilla para el baloncesto español durante sus más de 20 años de carrera. Encontrarse a Dino era sinónimo de partido duro, tosco y físico. Su habilidad para desquiciar a los rivales con el uso de los codos y su lengua viperina hacían el resto. Meneghin se cruzó siempre en el camino de las medallas privando a España de conseguir preseas en el EuroBasket de 1975 y en las Olimpiadas de Moscú 1980.
Riccardo Ricco
Conocido como La Cobra, este ciclista fue uno de los grandes rivales de generación de Alberto Contador en sus inicios. En 2008 vivió una enorme rivalidad con el pinteño en el Giro de Italia llegando a ser comparado con Marco Pantani. Su progresión no se detuvo y en el Tour de Francia de ese mismo año ganó dos etapas antes de ser detectada en su sangre EPO Cera. El ciclista fue arrestado y expulsado de carrera provocando la desaparición del equipo español Saunier Duval del ciclismo. Regresó en 2010, pero no reformado. Estuvo al borde de la muerte tras practicarse una autotransfusión con sangre en mal estado. La UCI le perdonó ese exceso, pero su nuevo equipo no. Tras caer nuevamente en un control en 2013, fue sancionado con 12 años de suspensión. Recientemente Ricco se coló en una carrera amateur donde tomaban parte algunos de sus amigos. Salió de un matorral tras 10 kilómetros de carrera, tiró del pelotón y tumbó la fuga. La Cobra es incorregible.
Fabio Fognini
El tenista, además de ser uno de los grandes enemigos de Rafa Nadal en el circuito, tiene fama de teatrero y pesetero en la ATP. Fognini tiene por costumbre enfadarse consigo mismo durante los partidos rompiendo raquetas, discutiendo con los árbitros e interrumpiendo el ritmo del partido. “Lo hago para ver si cambio el partido”, reconoce ni corto ni perezoso. Otro de los pecados del tenista de San Remo es su amor por el dinero. Elige ir a torneos secundarios para saltarse la primera ronda y embolsarse una buena cantidad de dinero como demostró en Buenos Aires este año. El jugador perdió con Carlos Berlocq por 3-6 y 0-6 firmando un partido absolutamente lamentable que le valió las críticas de organización y periodistas. ”Hay veces que hay que jugar por dinero”, reconoció tras embolsarse 8.700 dólares por no hacer nada.
Luciano Moggi
Este directivo del fútbol protagonizó el caso Calciopoli tras descubrirse una red de fraudes arbitrales salpicaban a Juventus, Milan, Fiorentina, Lazio y Reggina. Por sus acciones, Moggi hizo que a la Juventus se le desposeyera de los títulos de liga de 2005 y 2006 y descendiera a Segunda División perdiendo casi la totalidad de su plantilla. Como cabecilla de la trama, Moggi fue inhabilitado durante cinco años, sin embargo, la investigación se amplió y acabó con el directivo entre rejas en 2011. Estuvo algunos meses en prisión, pero fue liberado por prescripción médica. Actualmente colabora en varios medios de comunicación.