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La preparadora ha sido sancionada por dopaje

La entrenadora Ana Imaz denuncia una persecución: «La sangre de los positivos de mis caballos ha sido manipulada»

Apenas cinco días después de ser encumbrada en el prestigioso diario británico Racing Post su carrera daba un giro radical. Ana Imaz ha pasado de ser calificada como la entrenadora de moda en el mundo del turf a quedar suspendida por el dopaje de cuatro caballos entrenados y preparados por ella y sin manera posible de ganarse la vida.

Ana Imaz asegura que tiene “pedigrí” porque nació entre caballos. Hereda una pasión que dura más de cuatro generaciones y que se ha convertido en lo que califica como una “persecución” contra ella y su familia, ya que su hermana también ha sido sancionada y su padre se encuentra con todo tipo de trabas para trabajar tras la apertura de un expediente que le impide traspasar, inscribir, matricular y hacer correr a ningún caballo… sin haber recibido ninguna sanción.

Mi carrera estaba vinculada a Francia porque allí hay carreras todos los días y se mueve más dinero. Pero poco a poco en España fueron mejorando el programa y los premios económicos iban siendo más golosos. Les dije a mis propietarios que por qué íbamos a regalar premios pudiendo competir contra caballos de un nivel más bajo que en Francia. Del 2012 al 2017 voy mejorando la cuadra y también los resultados. En el 2017 estaba ganando prácticamente todo”, explica Ana a OKDIARIO poniendo en contexto los hechos que denuncia.

Pero todo cambia en la Semana Grande de San Sebastián. El 12 de agosto, un sábado en torno las 8 de la mañana, se le comunica que su yegua Arriunaga no podía tomar la salida porque había dado positivo por cobalto. “¿Qué es eso?”, respondió sorprendida. “Me prohibieron correr siendo la favorita y con la carrera televisada en toda Europa. Llamé al veterinario de París y me dijo que tenía todo el derecho a correr y ellos en llevarme al salivario a pasar control antidopaje. Los comisarios de carrera estaban de acuerdo en que no eran formas, mientras que el presidente del Jockey Club decía que no sabía nada del tema. No me lo creo. Además, se tenía que haber presentado un comisario de disciplina que no se presentó. Recibimos un email del Jockey Club diciendo a los comisarios que no corriera o que se atuviera a las consecuencias… y mi yegua se quedó sin correr en el box. Solicité un control antidopaje que pagué yo y a los siete días tuvimos los resultados y eran negativos”, recuerda la entrenadora con indignación.

Tres días después era el gran día de San Sebastián de la Copa de Oro. Ana tenía tres caballos favoritos en los todos los periódicos especializados coincidían. “Por condiciones de carrera van tres al salivario y éramos nueve, lo que significaba que yo teniendo tres favoritos iba a ir sí o sí», relata. Ese día no fue capaz de hacer triplete, como muchos pronosticaban, pero sí venció la prueba además de llegar en tercera y cuarta posición.  «Todos contentos y voy al salivario como siempre”, cuenta.

La presión crecía sobre su figura y el ambiente se notaba enrarecido. Tanto que el día 17 de agosto cuando Ana llegaba a Francia era informada que sus caballos tenían que ir al salivario por una orden de España. 

Pero la gran sorpresa se iba a llamar estanozolol, un tipo de esteroide anabólico sintético. El 21 de septiembre se le notificaba que tres caballos habían dado positivo con esa sustancia. Unos resultados con varias contradicciones que apoyan la teoría persecutoria que denuncia Imaz. El positivo salió en sangre y negativo en orina como se constata por los resultados de los análisis realizados por el Laboratoire des Courses Hippiques de París, designado por el Jockey club para realizar estas pruebas.

“Yo propuse hacer el análisis de pelo por recomendación de un entrenador francés y también salió negativo. Está claro que la sangre me han manipulado la sangre porque son restos de anabolizantes que no se encontraban metabolizados sino en estado puro», denuncia Ana, que a la vez detalla que se repitió un posterior análisis de sangre a los mismos caballos con resultado negativo.

Además, es destacable que el laboratorio encargado del control contaba con dos sesiones independientes, una para deportistas y otra para caballos. Precisamente, en ese mes de septiembre se veía obligado a cerrar la sección de deportistas por contaminación en los análisis a un equipo de rugby por restos de estanozolol, la sustancia del positivo de los caballos de Imaz. Algo que da que pensar.

Ana se indigna cuando cuenta que el Jockey Club nunca ha querido investigar las incidencias del positivo de sus caballos. El organismo se ciñó a sancionar y no mostrarse colaborativo a la hora de indagar si la causa u origen está en el laboratorio, cuando el resto de analíticas de orina, las posteriores de sangre y cabellos descartan el dopaje.

«Quieren quitarme de en medio»

“Es una persecución para quitarme de en medio a mí y a mi familia. Porque un año después y en las mismas fechas a mi hermana le han hecho lo mismo. Con el mismo producto y siendo veterinaria. A mi padre le han abierto un expediente por el hecho de ser padre nuestro. Resulta que mi familia no tiene derecho a comer”, denuncia.

Ana ha tenido que recurrir a la justicia. “He presentado dos denuncias a Ertzaina y están investigando. Pero va muy lento. Voy a demostrar que mis caballos nunca han ido dopados y que la sangre ha sido manipulada”.

Ana Imaz no se esconde a la hora de poner el foco en el presidente del Jockey Club España, José Hormaeche. “Es el jefe y la cabeza visible y, a su vez, el dueño de la mejor yeguada que hay en nuestro país. Ese señor vende una media de 50 potros, 35 al que gana la estadística en los últimos 7 años. Y tiene caballos con ese señor. No quiero decir que tenga que estar él detrás, pero pasan cosas que no son normales”.

Me han puesto un investigador privado y dicen que sigo entrenando cuando no piso la pista, me han prohibido ser mozo de cuadra, domar y compra caballos, aconsejar a propietarios… no tengo derecho a nada. No tengo derecho a comer. Dicen que no estoy cumpliendo la sanción por ir en mi coche, por estar en la cuadra… Tampoco puedo ir a los hipódromos, parece que si voy a ver también voy a dopar. Son normas nuevas teledirigidas a mí. Me tendré que ir a vivir debajo de un puente que es lo quieren. Yo y toda mi familia”, explica tras saber que se ha extendido su sanción un año más por no cumplirla.

El Jockey Club defiende su integridad

OKDIARIO ha contactado con el presidente del Jockey Club España, José Hormaeche, para conocer la versión de la institución sobre los hechos denunciados por Ana.

«Yo lo veo muy dudoso, más bien inverosímil. No podemos entrar a decir si ha dopado o no, pero caballos entrenados por ella han dado positivo y ella es la responsable», opina el mandatario sobre la persecución denunciada por Ana . «El Jockey Club ha cumplido su función. Ella mantiene que no ha sido, ni entro ni salgo a discutir. Tiene una licencia con la que debe cumplir con el código de carrera, ¿qué quiere que yo le haga? Nuestro procedimiento ha sido el que establece el código», añade.

Otro de los comisarios de disciplina, Manuel Rodríguez, califica a los miembros del comité como «jueces completamente imparciales» y cree que Ana no tiene «ninguna razón en sentirse perseguida». «Nosotros actuamos con absoluta independencia e integridad. Llevamos ya muchos años y es la primera vez que se nos acusa de estas tonterías», completa atendiendo a la llamada de este medio pero sin querer «entrar en detalles».

Por último, otro de los comisarios, Javier Lacosta, se muestra convencido de que «no hay nada que ocultar» y se atiene a las resoluciones. «En virtud de los resultados que salieron se ha aplicado el código de carrera, se han abierto los expedientes oportunos con todos los derechos y garantías», asegura a OKDIARIO.

Tras ser cuestionado por la colaboración del Jockey Club a la hora de investigar el caso asegura que se ciñen al positivo. «Ese resultado ahí está. Luego se han hecho análisis que han dado negativo, pero eso no significa que ese día no saliera. En cuanto a garantías formales y de procedimiento no hay ningún defecto, o al menos se ha hecho con la intención de que no lo haya», explica.

«No es cierto en absoluto que haya una persecución. Que aparezca un positivo es un disgusto para todos, para las carreras y personalmente una mala noticia», finaliza.