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Liga Santander 2018-2019: Villarreal – Real Madrid

Bale rescata un punto

Bale rescató un punto en La Cerámica. Un gol del galés en el 85 firmó el 2-2 final pero este Madrid es de porcelana. Con cualquier toquecito se rompe. Cada tiro a puerta es gol y cada llegada suya al área acaba en desilusión. La misma que tiene la parroquia blanca por la falta de fichajes de nivel. En Villarreal los de Zidane merecieron ganar pero firmaron un empate. Y gracias. Llevan cinco puntos de nueve, dos partidos sin ganar y ya están a cuatro del Atlético. ¿Y de verdad no va a fichar a nadie mañana?

A la tercera Zidane revolucionó el equipo. Marcelo y Modric fuera y cambio de sistema para jugar 4-4-2 con Lucas Vázquez y Bale en los costados  y con Jovic y Benzema arriba. También debutaba Mendy en el lateral izquierdo, que no se diga que los nuevos no juegan.

De salida tomó el Real Madrid los mandos del partido. Bale percutía por la izquierda y Casemiro y Kroos gobernaban el mediocampo. Precisamente un centro envenenado del galés lo despejó Albiol cuando Benzema la esperaba con la caña en boca de gol.

Pero a los blancos, como a los soldados japoneses, les mola hacerse el harakiri. Lo hizo Sergio Ramos en el minuto 11 al regalarle una pelota estúpida a Gerard Moreno. El delantero del Villarreal le robó la cartera al capitán del Real Madrid, que en realidad se la había dejado por fuera del bolsillo. Intentó arreglarlo con un agarrón, pero Gerard se zafó y pudo conectar con Chukwuece, que se plantó delante de Courtois. El portero belga rechazó flojo y al centro por donde apareció Gerard Moreno para marcar el 1-0.

Gil Manzano lo anuló por fuera de juego pero el VAR corrigió su error. No había tal y el La Cerámica pudo celebrar el gol interruptus en diferido. Al Real Madrid le tocaba remar contra corriente. Y entonces el Madrid se diluyó como una aspirina efervescente. Los cinco primeros minutos de dominio, un espejismo.

El Madrid se pega un tiro en el pie

Sólo Bale parecía sostener al equipo de Zidane. Sobrepúsose del sopapo el Real Madrid también porque el Villarreal levantó un poco el pie. Fue entonces cuando apareció Jovic al filo del 25 para asomarse al área con un disparo duro después de una buena maniobra de delanterazo. Disparó fuera. El partido empezó a estar como España: sin gobierno.

Rozó Casemiro el 1-1 pasada la media hora después de un centro preciso de Lucas Vázquez desde la derecha. Andrés salió en falso y el brasileño conectó un cabezazo picado que se marchó fuera a puerta vacía. volvió a tenerla el Real Madrid después de una contra un poco trompicada que finalizó Lucas Vázquez con una volea que se marchó fuera.

El equipo de Zidane era un barullo. Atacaba, sí, pero sin plan ni orden. Jovic lo intentaba por dentro y Bale por fuera, pero a veces los propios jugadores se estorbaban en su intento de atacar todos la misma pelota. Era fútbol de patio de colegio. Aun así, los blancos merecieron marcar antes del descanso frente a un Villarreal que concedía demasiado atrás.

El palo privó del gol a Benzema en el 45 después de una buena maniobra del francés en la frontal. Y cuando el Villarreal pensaba irse al descanso con el inmerecido botín del 1-0 apareció el gol del Real Madrid. Lo marcó Bale después de una buena jugada coral iniciada por Carvajal, embellecida por un magnífico taconazo de Jovic y asistida por el propio lateral. Respiraba aliviado Zidane camino de los vestuarios.

Bale iguala antes del descanso

Frenó su ímpetu el Real Madrid en la reanudación. Dominaba sin atosigar a un Villarreal algo mejor parado, más resguardadito, que en el primer tiempo. La tuvo Kroos en el 57 por dos veces, pero Andrés evitó el tanto con sendas intervenciones primero con la mano y luego con el pie. Volvían a merecer el gol los de Zidane.

Después Gil Manzano anuló un gol a Benzema por fuera de juego. Entró el VAR a dilucidar la imagen y la toma no era concluyente. Centímetro arriba, centímetro abajo, Karim podía estar habilitado o lo contrario. El VAR, a falta de una toma buena, ratificó al árbitro.

Superada la hora de partido Zidane tenía en su banquillo a los Marcelo, Modric y Vinicius, pero no los movía. Esperó al 65 para meter al croata por Jovic y de paso cambiar el sistema al 4-3-3. Cinco minutitos después el técnico del Real Madrid metía a Vinicius por un fundido Lucas Vázquez que se había matado a correr.

Y cuando los blancos se asomaban a la victoria y la rozaban con los dedos cayó el segundo del Villarreal. Fue una jugada que mostró sin ambages la fragilidad defensiva del Real Madrid. La pelota merodeó el área de Courtois de un lado a otro sin que ninguno de los cuatro defensas acertaran a mandarla «a tomar por saco», que diría Zidane. Al final remachó Ontiveros en boca de gol ante la lentitud de Varane.

Otra vez un Madrid blandito atrás

Tocaba remar otra vez. Y a contrarreloj como Pedro Sánchez para la investidura. En diez minutos tenían los blancos que dar la vuelta a un partido que merecían ir ganando pero que iban perdiendo por ser blandos en el área propia y fallones en la ajena. El tercer cambio de Zidane fue Valverde por Kroos.

No se rindió el Real Madrid y obtuvo el premio del 2-2. Fue de nuevo Bale el que culminó una jugada iniciada por su amigo Modric. La recibió en el pico derecho del área grande, sentó a su par y se sacó un tiro raso y seco. El galés firmaba el doblete y salvaba in extremis un punto para los blancos. Insuficiente, pero mejor que perder.

Luego pudo llegar el 2-3 si Gil Manzano o el VAR hubieran visto un penalti de Albiol sobre Vinicius. No lo vieron y los de Zidane se fueron de Villarreal con la sensación no de haber ganado un punto, sino de haber perdido dos. Además de a Bale, que se autoexpulsó en un minuto por dos plantillazos consecutivos.