Atlético de Madrid 2-2 Celta de Vigo

El Atlético entra en curva descendente

El Atlético de Madrid se dejó dos puntos en la visita del Celta de Vigo al Wanda Metropolitano. Un doblete de Suárez fue neutralizado por el tanto inaugural de Santi Mina y el empate postrero de Ferreyra, en el último minuto de tiempo reglamentario

El Atlético entra en curva descendente
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Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Frenazo al Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco venía sufriendo, de una u otra manera, en la mayoría de sus partidos, adoleciendo la seguridad defensiva que antaño le permitía competir por los títulos y que ahora brilla por su ausencia. La presencia de un killer de primerísimo nivel, un Luis Suárez que confirma día a día su segunda juventud y que, frente al Celta, volvió a sumar –por partida doble– le había valido de comodín a Simeone, pero un gol de Facundo Ferreyra en el 90 dejó helado al Wanda Metropolitano, sellando un empate que si bien está lejos de ser preocupante a nivel clasificatorio, sí induce al Atleti en el comienzo de una curva descendente que sólo podrán parar si recuperan la firmeza atrás.

El colchón del Atlético le permitía afrontar un encuentro que en condiciones normales habría sido un drama, con garantías de sumar una victoria y la sabiduría de que un tropiezo no tendría mayor importancia. El brote de coronavirus en el vestuario atlético sumó horas antes del partido dos nuevos nombres. Thomas Lemar y Héctor Herrera confirmaban sus contagios y se quedaban aislados y fuera de la lista. El resto de los activos, aptos, permitían que el choque se celebrara.

El Celta, ya sin efecto Coudet, buscaba volver por sus fueros y, lo más importante, lo hacía con Iago Aspas de nuevo al 100%. El de Moaña condiciona cualquier planteamiento y multiplica las opciones del equipo vigués, más que escasas cuando su ’10’ no está sobre el tapete. Suyos fueron los primeros toques diferenciales del partido, aunque la sorpresa del Celta, que llegaría en forma de gol, no llevaría la firma de la estrella celtiña.

Una internada de Hugo Mallo por banda derecha acababa encontrando a Santi Mina, un delantero muchas veces peleado con el gol pero no escaso de calidad, que iba a comenzar sumando en forma de bombazo provisional. Minutos antes, el Celta pudo haber lamentado la expulsión de Tapia por una dura entrada, pero Cuadra Fernández dejó la acción en amarilla.

Suárez al rescate

El Atleti necesitaba reaccionar rápido, toda vez que su banquillo estaba integrado en su mayoría por canteranos y jugadores defensivos. La solución debía estar en el campo y aunque el designado ya había recibido la llamada, aún iba a tardar en aparecer. Mientras, los colchoneros acusaban las bajas de Hermoso, Lemar y Joao Félix, sus jugadores con mejor pie, el Celta sumaba opciones incluso de marcar el segundo, dando una impresión similar a la de los primeros días del Chacho en Balaídos.

La presión del conjunto gallego impedía el juego del Atlético, pero una acción aislada, al borde del descanso, convertiría el partido de nuevo en una lucha par en la que el líder siempre cuenta con ventaja. Luis Suárez aprovecharía, con la caña preparada y habilitado por milímetros, un centro raso, medido, de Marcos Llorente, que también asiste como carrilero derecho. La cosa no cambia. Los dos elementos de desequilibrio ofensivo del Atleti se juntaban, acercando al equipo al triunfo.

Tras la reanudación, la impresión fue que el Atlético, por mera inercia, anotaría el segundo más temprano que tarde. Las bandas del Celta se encontraban demasiado desasistidas, fruto del sistema, y Llorente y Lodi campaban a sus anchas para filtrar pelotas hacia el área. El brasileño, cómodo con tres centrales a sus espaldas, daría con la tecla al primer toque, con un envío que Suárez sólo tuvo que empujar y así dar forma a su decimosexto gol en Liga. Palabras mayores.

Ferreyra hiela el Wanda

La relajación no apareció en el Atlético, aunque la falta de fútbol sí iba a permitir al Celta avanzar varios pasos en su ofensiva hacia el área de Oblak. Tuvo Giménez la sentencia con un disparo lejano que se marchó por milímetros, pero el peligro no iba más allá de alguna acción de remate aislado de Luis Suárez. El Celta, si bien tampoco rondaba el sobresaliente en la circulación, demostraba el arrojo suficiente para aprovechar la oportunidad en caso de aparecer.

Coudet daba la alternativa a sus dos fichajes de invierno, Solari y Ferreyra y, entre ambos, con la inestimable ayuda de Aspas, se cocería el empate. Al borde del 90′, y con el Atleti con su clásico enroque para atar la victoria, Iago filtraba un gran balón en el área al que Solari acudía en posición correcta por el despiste de Savic a la hora de marcar la línea. El balcánico, perdido en la jugada, tampoco atisbaba la llegada de Ferreyra quien, en boca de gol, ponía el 2-2 ya sin tiempo para que el líder, que lo seguirá siendo, tuviera opción de llevarse los tres puntos.

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