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¿Qué es una borrasca y cómo se forma? Te lo contamos

Te explicamos de forma sencilla qué es una borrasca

Aunque se trata de un término que empleamos con frecuencia, en realidad pocos sabemos qué es una borrasca y cómo se forma. Generalmente, lo utilizamos como sinónimo de tormenta, pero este fenómeno tiene algunas características únicas y particulares.

Hace referencia a un evento atmosférico que se diferencia de otros por la presencia de fuertes vientos y grandes precipitaciones. Aparentemente, la palabra viene del griego «boreas», que significa «viento del norte», pasando por el latín borealis hasta borras.

Lo que debes saber sobre una borrasca

Las presiones condicionan en gran medida los fenómenos meteorológicos. Ellas son las responsables de que llueva, haga viento, haga frío… Ante una situación de altas presiones hay un anticiclón, que se caracteriza por el buen tiempo: sol y poco viento.

Sin embargo, cuando la presión es baja, aparece la borrasca. La presión atmosférica está baja en una determinada zona cuando los valores son inferiores a los del aire que hay en las áreas de alrededor. Las borrascas se forman mediante el movimiento por la superficie de dos masas: una de aire cálido y otra de aire frío.

Ese sistema de bajas presiones de gran escala consiste en un ciclón extratropical en latitudes medias o altas de nuestro planeta. Dado el caso de España, las borrascas son habituales durante los meses de invierno y dejan de producirse durante el verano. Contrariamente, anticiclón es la idea antagónica a la de borrasca porque hace referencia a los sistemas de altas presiones.

Mientras las borrascas traen precipitaciones importantes, los anticiclones traen aparejada gran estabilidad y mucho sol.

¿Cómo se forma?

La borrasca más común en esta parte del mundo es la «borrasca extratropical», que se forma normalmente al confrontar masas opuestas a lo largo del frente polar. Pero también podemos encontrarnos con la «borrasca térmica» en épocas de alta insolación.

Al disminuir la presión de la atmósfera en una zona específica de la Tierra por el ascenso del aire desde la superficie a la atmósfera, probablemente se generen lluvias débiles a moderadas aunque persistentes. Tras ellas, es muy posible que la temperatura suba. Pero hay casos en los que el paso de tal fenómeno, dependiendo de su origen, da lugar al descenso de la sensación térmica.

En estos días, se habla de la borrasca atlántica que traerá un poco de alivio en medio del calor y las sequías que azotan al país. Desde la AEMET – Agencia Estatal de Meteorología- explican que por los frentes cálidos que estábamos viviendo, podríamos experimentar tormentas en algunas regiones del territorio nacional debido a las temperaturas tan distintas de cada frente.

Los efectos se notan de forma paulatina. Durante los primeros días apenas se siente. Pasados dos o tres días aparecen las lluvias y las rachas de viento fuertes, que continúan durante varios días, hasta que los efectos se van reduciendo y la borrasca desaparece por completo.