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Permaneció oculto más de 60 años: redescubren un experimento diseñado por Einstein

  • Janire Manzanas
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Los científicos Alfonso San Miguel y Bernard Pallandre estaban llenos de entusiasmo al tener en sus manos una pieza única que había estado perdida durante años. Junto a ella, cartas y fotografías antiguas revelaban la importancia histórica del descubrimiento.

Bernard Pallandre, ex profesor de física de secundaria y voluntario del museo Ampère, encontró la caja mientras realizaba el inventario del almacén. Sorprendentemente, en su interior se encontraba el primer y único experimento científico concebido, diseñado, construido y publicado por el renombrado físico Albert Einstein.

Este hallazgo desencadenó una investigación que les llevó más de cuatro años a ambos científicos para verificar la autenticidad del instrumento y comprender cómo había llegado allí.

El descubrimiento oculto de Einstein

El dispositivo estaba destinado a probar la existencia de las corrientes moleculares de Ampère, una hipótesis formulada por André-Marie Ampère en el siglo XIX. Este planteamiento buscaba explicar cómo los imanes permanentes y las corrientes eléctricas, dos entidades aparentemente distintas, podían generar campos magnéticos mediante corrientes que fluían entre las moléculas sin resistencia.

Con el descubrimiento del electrón en 1897 por J. J. Thomson, la comprensión de la materia y la electricidad experimentó un cambio radical. Esto condujo al desarrollo del modelo atómico de Bohr, donde los electrones orbitan en órbitas estables alrededor del núcleo del átomo. En medio de estos avances, Albert Einstein y Wander Johannes de Haas decidieron montar un dispositivo para demostrar las corrientes de Ampère.

Aunque Einstein es conocido principalmente por sus contribuciones a la física teórica, también sentía un creciente interés por la física experimental a medida que avanzaba en su carrera. Este cambio inesperado de intereses lo llevó a colaborar con Wander de Haas en experimentos destinados a demostrar que la modificación del campo magnético aplicado en un objeto ferromagnético podía interactuar con el movimiento giratorio de los electrones.

El experimento consistía en suspender una barra de hierro en el aire mediante un alambre muy fino, colocándola en el centro de una bobina de cable por la que pasaba una corriente eléctrica. Según la observación de la época, esta corriente induciría un campo magnético que alinearían los momentos angulares de los electrones presentes en la barra de hierro. Al invertir la corriente, los electrones intentarían invertir su giro, lo que haría que la barra se moviese ligeramente debido a la conservación del momento angular.

Los resultados de estos experimentos fueron documentados en tres artículos publicados entre 1915 y 1916, dos de los cuales fueron firmados únicamente por Einstein y el tercero por ambos físicos. Estos hallazgos llevaron a la denominación del fenómeno como «Efecto Einstein-de Haas». Sin embargo, en los años 20 otros físicos intentaron replicar los experimentos y obtuvieron resultados ligeramente diferentes, lo que sugirió que Einstein y de Haas podrían haber subestimado ciertos factores externos.

En 1959, Geertruida de Haas-Lorentz, la esposa de Wander de Haas, donó una serie de objetos relacionados con los experimentos al museo Ampère. Esto incluía el dispositivo completo utilizado por Wander y Einstein, que fue donado al museo Ampère, posiblemente debido a la conexión de Haas con la sociedad de amigos de André Marie-Ampère.

El experimento fue expuesto en el museo junto con otros dispositivos físicos que estaban cambiando el mundo, pero no se resaltó su importancia como una pieza fundamental en la comprensión de la física moderna. Después de varios años, el dispositivo fue desmontado y almacenado en los almacenes del museo, donde permaneció olvidado hasta que Bernard Pallandre lo descubrió durante el inventario del almacén, tal y como recoge National Geographic.

Los datos más interesantes del científico

Aunque es más conocido por sus contribuciones a la física teórica, Einstein también fue objeto de un extenso expediente del FBI, que alcanzó las 1.427 páginas y se centró en sus actividades asociadas con organizaciones pacifistas y socialistas. Este expediente revela la intensa vigilancia a la que estaba sujeto, especialmente durante sus viajes a Estados Unidos.

Una faceta menos conocida de Einstein es su relación con su primera esposa, Mileva Marić, con quien tuvo una hija ilegítima llamada Lieserl. La existencia de Lieserl se hizo pública en 1987, a través de una colección de cartas de Einstein. Además, Einstein pagó a Mileva con el dinero de su Premio Nobel para que accediera a divorciarse de él, revelando la complejidad de sus relaciones personales.

Después de su divorcio, Einstein se casó con Elsa, su prima hermana, lo que añadió un elemento adicional de intriga a su vida privada. A pesar de su relación familiar, Elsa y Einstein compartían una fuerte conexión y se apoyaban mutuamente en sus vidas personales y profesionales.

Sin embargo, la vida del científico estuvo marcada por tragedias personales, como la esquizofrenia de su hijo Eduard, quien pasó la mayor parte de su vida adulta en una institución psiquiátrica. A pesar de mantener correspondencia con él, Einstein nunca volvió a ver a su hijo después de emigrar a Estados Unidos.