Curiosidades
Especies invasoras

Parece inofensivo, pero este ácaro es una plaga en Europa y puede causar graves pérdidas en los cultivos

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En el ecosistema europeo, las especies invasoras ocupan un papel mucho más importante de lo que parece. Y aunque su tamaño no lo refleje, la realidad es que pueden desatar consecuencias graves, tanto económicas como ecológicas. Algunas lo hacen a gran escala otras (como esta) entran sin hacer ruido, pero una vez dentro, es difícil sacarlas.

Mamíferos, plantas, reptiles, peces… todos han formado parte de esta lista. Y claro, los insectos no se han quedado atrás. Han llegado sigilosamente y, de igual forma, han terminado causando daños profundos. Esta vez, se trata de un ácaro diminuto que ya amenaza cultivos en toda Europa.

Este es el diminuto ácaro que causa estragos en los cultivos

El nombre de este enemigo casi invisible es Eotetranychus lewisi. Se le conoce también como el ácaro blanco de la papaya o el ácaro rojo del lewis, dependiendo de la planta que ataque. Pertenece a la familia Tetranychidae, y mide apenas 0,3 mm.

Su cuerpo ovalado, de tonos entre amarillo, verde y naranja claro, se esconde detrás de las hojas, pegado a las venas, donde se alimenta perforando células vegetales.

Lo peor de este ácaro es que no hace falta una invasión masiva para que cause estragos. Basta con que se establezca una colonia para que la planta comience a mostrar síntomas: hojas nuevas deformadas, manchas amarillas, necrosis, pérdida de vigor.

En papaya, puede confundirse con el virus de la mancha anular; en fresa, con daño por hongos. Esa confusión retrasa el diagnóstico, y cuando se quiere actuar, el daño ya está hecho y es irreversible.

El Eotetranychus lewisi tiene una enorme capacidad reproductora. Una hembra puede poner entre 50 y 100 huevos, y completar su ciclo de vida en una semana si la temperatura está entre 18 °C y 35 °C. Además, puede reproducirse sin macho, lo que le permite instalarse rápido en nuevos cultivos.

¿Cómo es la amenaza de este ácaro?

E. lewisi puede atacar fresas, papayas, tomates, algodones, cítricos, ornamentales como poinsettia, ficus o hibiscus. No necesita condiciones extremas, pues le basta con un clima cálido y seco. En ambientes protegidos, como invernaderos o viveros, su presencia puede pasar desapercibida por mucho tiempo.

En España, se detectó por primera vez en 2021, en Fuerteventura y Tenerife. Desde entonces, las autoridades fitosanitarias lo han seguido desde cerca . Lo que preocupa a los expertos no es sólo que ya esté aquí, sino que pueda extenderse con facilidad a cultivos de importancia económica en la península.

En el campo, las señales de este ácaro son fáciles de identificar cuando ya ha avanzado, pero al inicio pueden pasar desapercibidas. Las hojas muestran manchas cloróticas cerca de las nervaduras, se arrugan o se queman desde la base, y en la parte inferior empiezan a aparecer pequeñas telarañas.

¿Qué se puede hacer para detener su avance?

España aprobó en 2022 un Plan Nacional de Contingencia para responder con rapidez. El foco está en tres frentes: monitoreo constante, control químico y control biológico. Se usan acaricidas como abamectina, bifentrina, propargite o milbemectina, con atención a los plazos de reentrada y cosecha.

Por otro lado, algunos productores apuestan por depredadores naturales como Neoseiulus californicus o Amblyseius andersoni, que han dado buenos resultados en cultivos ornamentales.