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La OCU alerta sobre un posible brote de salmonella en este habitual ingrediente para ensaladas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Tal y como ha publicado la OCU, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), adscrita al Ministerio de Consumo, ha emitido una alerta a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) sobre la detección de salmonela en brotes germinados, un ingrediente común en las ensaladas, especialmente populares durante los meses de verano.

Es recomendable abstenerse de consumir cualquier paquete de este producto que se tenga en casa. Es importante seguir esta precaución para evitar posibles riesgos para la salud.

Alerta alimentaria de la OCU

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido una advertencia sobre la presencia de salmonela en brotes germinados de alfalfa comercializados bajo la marca Tugas.

Este hallazgo ha generado preocupación, especialmente entre los consumidores habituales de ensaladas durante el verano. En este contexto, es fundamental entender los riesgos asociados con la salmonelosis, una enfermedad transmitida por alimentos que puede desencadenar síntomas gastrointestinales, como diarrea y vómitos, acompañados de fiebre.

La alerta específica concierne a brotes de alfalfa de la marca Tugas con fecha de caducidad del viernes 3 de mayo de 2024 y un lote identificado como 5140012S106E, distribuido en bolsas de plástico de 50 gramos. Se ha informado que inicialmente se comercializó en Cataluña y Galicia, aunque no se descarta su distribución en otras regiones.

Se recomienda a los consumidores que posean este producto evitar su consumo y desecharlo. En caso de haberlo ingerido y presentar síntomas, se aconseja acudir al centro de salud más cercano.

Salmonelosis

Las bacterias son organismos que prosperan en condiciones de calor, mostrando una mayor capacidad de reproducción a temperaturas superiores a 30ºC. Este fenómeno explica por qué los alimentos tienden a deteriorarse más rápidamente durante el verano, lo que incrementa el riesgo de intoxicaciones alimentarias, como la salmonelosis, una afección común durante la temporada estival.

La transmisión de la enfermedad generalmente ocurre a través del consumo de alimentos contaminados, como huevos crudos, carnes frescas (especialmente aves), verduras irrigadas con aguas residuales, mariscos no depurados y provenientes de aguas contaminadas. Además, la salmonelosis puede propagarse de persona a persona mediante la vía fecal-oral, especialmente debido a prácticas higiénicas inadecuadas que facilitan la contaminación de los alimentos.

El periodo de incubación de la enfermedad suele oscilar entre 12 y 36 horas después de la ingestión del alimento contaminado, aunque en algunos casos los síntomas pueden aparecer en un plazo de tres horas o tardar hasta cinco días en manifestarse. Los síntomas característicos incluyen dolor abdominal, diarrea, vómitos, fiebre, malestar general y dolor de cabeza, con una duración típica de dos a siete días. En niños y ancianos, especialmente aquellos con condiciones médicas preexistentes, la salmonelosis puede ser potencialmente mortal debido a complicaciones como la deshidratación.

Red de Alerta Alimentaria de AESAN

La Red de Alerta Alimentaria es un sistema organizado con el propósito de proteger la salud pública y gestionar los riesgos relacionados con la alimentación que puedan afectar a los consumidores. Sus principios y operaciones se rigen por lo establecido en la legislación pertinente, como la Ley de seguridad alimentaria y nutrición y el Reglamento de la Unión Europea sobre la materia.

Dentro de este sistema, la AESAN actúa como el punto de contacto nacional para varias redes de alerta, incluyendo la Red de Alerta Nacional coordinada por la AESAN (SCIRI), el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la Unión Europea, y la red de alerta conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Estas redes facilitan la detección y comunicación ágil de cualquier riesgo alimentario, permitiendo tomar medidas oportunas para proteger la salud de los consumidores. Los operadores económicos en este sistema tienen obligaciones definidas por la legislación, como la retirada del mercado de productos «no conformes», la colaboración con las autoridades competentes y la información a los consumidores afectados.

En cuanto a los términos «retirada» y «recuperación», la retirada del mercado implica evitar la distribución de productos alimenticios no seguros antes de que lleguen a los consumidores, mientras que la recuperación se refiere a la acción de retirar del consumo productos que ya han sido distribuidos, informando a los consumidores sobre la situación y tomando medidas adecuadas para evitar su consumo.

Cuando se detecte un problema que requiera notificar a las autoridades competentes, la información que se debe proporcionar incluye detalles completos sobre el producto y el establecimiento de destino, el cual puede diferir del lugar de venta registrado en las facturas. Es importante cooperar plenamente con las autoridades y compartir cualquier información relevante o actualización sobre las acciones tomadas para controlar la situación.

En cuanto al establecimiento al que se ha enviado la mercancía, se deben facilitar detalles como el nombre del establecimiento, tipo de establecimiento, dirección completa, número de teléfono, dirección de correo electrónico, y si es una franquicia o no.