Curiosidades
DURANTE ESTE VERANO

Lo dicen los expertos: no vuelvas a poner la leche en la puerta de la nevera

Los mejores consejos sobre cómo almacenar los productos en la nevera

Sumidos en el verano y con las olas de calor azotando las viviendas de millones de españoles hay que seguir una serie de pautas para que las altas temperaturas no repercutan de forma negativa dentro de la casa. Una de las cosas en las que hay que poner el foco es en el estado de los alimentos y por ello varios expertos han dado consejos sobre los pasos a seguir para almacenar en la nevera los productos que consumimos en el día a día y que se convierten en indispensables durante la época estival.

La última semana de julio y los primeros días de agosto se suelen caracterizar por ser un periodo de calor extremo en la península ibérica. Esta es la época del año de la famosas olas de calor en la que los termómetros de varios puntos del país rozarán los 40 grados. Por ello se convierte en indispensable acondicionar la casa de forma óptima para llevar el fuerte calor de la mejor forma posible.

Ni que decir tiene que durante esta época del año se suele tirar del aire acondicionado, en el caso de los españoles que se lo puedan permitir, y los que no tendrán que utilizar los ventiladores y demás nuevas tecnologías que proporcionan frío y aclimatan el lugar. Todo con un ojo puesto en una factura de la luz que suele elevarse durante las fechas en la que se convierte en indispensable acudir a la electricidad para despejar el calor.

Otro de los consejos de los expertos para luchar contra las altas temperaturas es ventilar la habitación cuando bajen las temperaturas durante la noche y proporcionar una sombra a las ventanas para que el sol no golpee de forma directa contra ellas. Esto bajará algunas décimas las temperaturas de la casa durante las fuertes olas de calor de estos días.

Los consejos para almacenar la leche en la nevera

Los expertos también han dado una serie de consejos para que los productos que consumimos en el día a día no se vean perjudicados con las altas temperaturas y esto tiene que ver con la forma de almacenarlos en la nevera. La distribución que hacemos de los alimentos en el frigorífico es importante para que no pierdan calidad e incluso puedan ponerse malos, algo que a la larga puede desencadenar en una intoxicación en caso de ingerirlos en mal estado.

Una mujer guarda leche en la nevera. 

Uno de los alimentos con el que más hay que tener precaución dentro de una nevera es la leche. Millones de personas suelen guardar este producto en la nevera (y más en verano) con el objetivo de ingerirla lo más fresca posible y los expertos recomiendan guardarla en los espacios interiores y no en la puerta de la nevera. ¿El motivo? Muy sencillo: si está ubicada en la parte más próxima al exterior perderá temperatura y corre el riesgo de estropearse. Esto puede suceder principalmente en verano, cuando dentro de la casa suelen darse altas temperaturas durante las olas de calor que  suelen ser habituales en el verano.

Otro hecho que puede llevar a los productos lácteos a estropearse es meter comida caliente dentro del frigorífico. Estos es algo que hay que evitar y más durante el verano. Meter alimentos calientes dentro de la nevera hará que suba la temperatura media del interior y esto puede tener consecuencias fatales en otros alimentos que necesitan estar en frío constantemente.

Otro de los errores que sitúan los expertos está en la carga de dentro del frigorífico. Nos es recomendable llenarla de productos ya que esto hará que la nevera en cuestión necesite de más energía y se produzca un mayor consumo energético. Esto repercutirá de forma negativa en la factura de la luz a final de mes. Los que más saben de la materia también resaltan un error común de muchas personas y es guardar el pan en la nevera. Siempre tiene que ir al congelador porque dentro del frigorífico no se da la temperatura suficiente como para conservarlo en buen estado. Los expertos también aconsejan poner fecha a las sobras que se guarden en la nevera, con el objetivo de evitar una posible intoxicación, que suelen ser más habituales durante la época de altas temperaturas que se dan en los meses de verano.