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Expertos advierten de la relación entre consumo de sustancias y utilizar pantallas por más de 4 horas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En un estudio reciente realizado por el Centro Médico de la Universidad de Hanyang en Corea del Sur, que incluyó a más de 50,000 adolescentes coreanos, se ha evidenciado que aquellos que utilizan un teléfono inteligente durante más de 4 horas al día tienen mayor probabilidad de sufrir problemas de salud mental y un mayor uso de sustancias. Investigaciones previas ya habían señalado un aumento en el uso de teléfonos inteligentes entre adolescentes en los últimos años, relacionándolo con un mayor riesgo de problemas de salud, como trastornos psiquiátricos, problemas de sueño, afecciones oculares y trastornos musculoesqueléticos.

¿Cómo afecta el uso de las pantallas a la salud?

Según datos recopilados por ‘Europa Press’, el estudio incluyó el tiempo aproximado que cada participante pasaba diariamente usando un teléfono inteligente, junto con varias medidas de salud. Para analizar estos datos, se empleó un método estadístico llamado «emparejamiento por puntuación de propensión», que ayuda a considerar otros factores que podrían estar relacionados con los resultados de salud, como la edad, el sexo y el nivel socioeconómico.

Los resultados mostraron un aumento significativo en el uso de teléfonos inteligentes entre los adolescentes, siendo un 85,7% en 2020, en comparación con el 64.3% en 2017. Se observó que aquellos adolescentes que utilizaban el teléfono inteligente durante más de 4 horas al día tenían mayores tasas de estrés, pensamientos suicidas y consumo de sustancias en comparación con aquellos que lo utilizaban por un período menor a 4 horas diarias. Por otro lado, los adolescentes que usaban el teléfono inteligente entre 1 y 2 horas al día experimentaron menos problemas que aquellos que no usaban el dispositivo.

Los autores, que han publicado los resultados en la revista ‘PLOS ONE’, señalan que este estudio no confirma una relación causal entre el uso de teléfonos inteligentes y los resultados adversos para la salud. No obstante, los hallazgos podrían ayudar a informar las pautas de uso para los adolescentes, especialmente si el uso diario continúa en aumento.

Consecuencias en los niños

Por otro lado, algunos estudios científicos sugieren una asociación entre el exceso de exposición a dispositivos con pantallas (como móviles, tablets, televisión, ordenadores, etc.) en niños y un impacto negativo en su desarrollo cognitivo y socioemocional. En muchos casos, los padres pueden no ser plenamente conscientes de las posibles repercusiones que el uso excesivo de estos dispositivos podría tener en sus hijos.

La evidencia sugiere que el exceso de exposición de los niños a las pantallas impacta negativamente en múltiples áreas de su desarrollo. Esto puede interferir en el desarrollo social y comunicativo, en las habilidades motoras al promover el sedentarismo, en la construcción de vínculos con personas cercanas, así como en el aprendizaje y la regulación emocional.

Los investigadores indican que la observación excesiva de pantallas puede mermar la capacidad de los niños para dominar habilidades interpersonales, motoras y de comunicación, afectando su inteligencia, habilidades y competencias en comparación con aquellos que hacen un uso más equilibrado y responsable de estos dispositivos.

Los estudios también revelan una preocupante disminución en los juegos grupales, que tradicionalmente eran una fuente primaria de aprendizaje socioemocional para los niños. El exceso de exposición a las pantallas está desplazando tanto el juego individual como el grupal entre los más pequeños. Además, encontraron que los niños en edad preescolar que recibían más lecturas, participaban en más actividades físicas, tenían un mejor descanso o tenían padres con menores niveles de depresión, mostraban un rendimiento notablemente superior.

Y, por último, varias investigaciones también han resaltado que las personas pertenecientes a niveles socioeconómicos más bajos son quienes más propiciaban el exceso de exposición a las pantallas en niños. Como resultado, los menores de estas comunidades son los más afectados por esta sobreexposición a dispositivos electrónicos.