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Para esto sirven los cepillos de las escaleras mecánicas y nadie lo sabía

Nunca toques esto dentro del metro, corres peligro

Las primeras escaleras mecánicas en un centro comercial de Camerún causan un sinfín de caídas

Un niño se queda atrapado en una escalera mecánica

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El origen de las escaleras mecánicas se remonta a finales del siglo XIX en Nueva York de la mano de Jesse Reno. Unos meses más adelante, George A. Wheeler patentó sus ideas para la construcción de una escalera móvil, aunque nunca llegó a materializarse. Finalmente, Charles Seeberger compró las patentes de George A. Wheeler y junto con Otis Elevator Company desarrollaron la escalera mecánica moderna.

En la actualidad, las escaleras mecánicas forman parte de la vida de todos nosotros, y hay algo que siempre nos hemos preguntado sobre ellas: para qué sirven los molestos cepillos. Hay quienes creen que su función es la de limpiar los zapatos, pero nada más lejos de la realidad. Son una parte muy importante para el correcto funcionamiento de las escaleras.

La verdadera función de los cepillos de la escaleras mecánicas

Los laterales de las escaleras y el extremo de salida son los lugares donde existe una mayor probabilidad de que se enganche la correa de la mochila o el cordón del zapato, por ejemplo.

Los fabricantes, para reducir la posibilidad de que se produzca un accidente, instalan en esta hilera un cepillo de textura áspera. Las fibras permanecen inmóviles y provocan una gran fricción con cualquier objeto que las roce, así que la gran mayoría de nosotros retiramos instintivamente los pies o el objeto con el que las estamos tocando.

A esto hay que sumar que los cepillos de las escaleras mecánicas también actúan a modo de barrera física para evitar la entrada de pequeños objetos en la maquinaria interna. Es más, esta fue la principal función por la que empezaron a instalarse.

Un incendio en una escalera mecánica en la estación King Cross de Londres en el año 1987 acabó con la vida de 31 personas y dejó 100 heridos. El fuego empezó porque una cerilla mal apagada se coló en la maquinaria de la escalera.

Con el paso del tiempo, la grasa que lubrica los engranajes se había mezclado con diferentes desperdicios, sobre todo papeles y pelusas. ¿El resultado? El combustible ardió rápidamente y generó tal cantidad de calor que la escalera explotó.

A raíz de este siniestro, los fabricantes se tomaron mucho más en serio los peligros que conllevaban las escaleras mecánicas. Los modelos más antiguos, que todavía tenían escalone de madera, fueron sustituidos por otros de metal mucho más modernos y, además, se instalaron los cepillos. Por lo tanto, cumplen una función muy importante que no debemos dejar pasar por alto.