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Cerveza

Esto es lo que te puede pasar si bebes cerveza todos los fines de semana: casi nadie lo sabe

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Beber cerveza de manera ocasional no suele ser perjudicial para la mayoría de las personas, pero cuando el consumo se convierte en un hábito de fin de semana, el panorama cambia. Muchas personas no son conscientes de que incluso el consumo moderado y regular de esta bebida puede afectar gravemente la salud. El hígado es uno de los órganos más afectados, ya que el alcohol que contiene la cerveza puede generar problemas como la esteatosis hepática, la hepatitis alcohólica o, en casos graves, la cirrosis. Estos daños no se manifiestan de inmediato, lo que hace que muchos subestimen las consecuencias.

Además del hígado, el consumo regular de cerveza los fines de semana puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, problemas cardiovasculares e incluso trastornos del sueño. La cerveza, al igual que otras bebidas alcohólicas, puede también afectar el sistema inmunológico y predisponer al organismo a enfermedades graves, como el cáncer de boca, hígado y esófago. A largo plazo, los efectos negativos pueden no ser visibles de inmediato, pero cuando se acumulan con el tiempo, pueden comprometer seriamente la calidad de vida.

Consecuencias de beber cerveza los fines de semana

Aunque disfrutar de una cerveza de vez en cuando no debería acarrear grandes problemas de salud, el consumo frecuente puede alterar significativamente el bienestar general. Uno de los efectos más comunes del consumo habitual de cerveza es el daño hepático. El hígado, el órgano responsable de metabolizar el alcohol, puede verse sobrecargado con un consumo excesivo y repetido, lo que puede llevar a problemas graves como la esteatosis hepática, la hepatitis alcohólica y la cirrosis. Estos trastornos pueden ser extremadamente peligrosos y, en algunos casos, mortales si no se tratan adecuadamente.

Además del daño al hígado, el consumo de alcohol también está asociado con un aumento en la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares. Asimismo, puede provocar alteraciones en el sueño, fatiga, irritabilidad y problemas de concentración. A largo plazo, el consumo excesivo de alcohol se vincula con un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado y mama.

‘Alcohólicos de fin de semana’

Cuando se discuten los problemas de comportamiento relacionados con el consumo de alcohol, muchas personas piensan inmediatamente en los casos más extremos de adicción: dificultades económicas debido a la dependencia, síntomas severos de abstinencia, etc. Aunque estos son problemas graves y comunes, no abarcan todos los posibles patrones disfuncionales de comportamiento relacionados con el alcohol. Un perfil menos evidente pero igualmente preocupante es el de los alcohólicos de fin de semana, que pueden no mostrar signos clásicos de adicción y aún así desarrollar patrones de consumo problemáticos.

Estos bebedores suelen limitar su consumo de alcohol a los fines de semana, sin consumirlo durante los días laborables. En muchas culturas occidentales, el alcohol se asocia estrechamente con el ocio y las celebraciones, lo que hace que beber en eventos sociales sea visto como algo normal. Esta normalización, impulsada por las estrategias de marketing de la industria de bebidas alcohólicas, contribuye a la percepción errónea de que el consumo ocasional de alcohol no conlleva riesgos serios para la salud.

El alcoholismo de fin de semana se puede manifestar de dos manerass. En primer lugar, el tipo Épsilon, donde las personas no sienten necesidad de beber regularmente, pero cuando lo hacen, pueden perder el control y alcanzar niveles peligrosos de embriaguez, incluso con riesgo de coma etílico. En segundo lugar, el alcoholismo por presión social, donde individuos, a pesar de tener el control, se sienten obligados a beber en eventos sociales para evitar el rechazo o no sentirse excluidos, lo que puede llevar a una relación problemática con el alcohol.

Cantidad diaria recomendada

La cerveza es la bebida alcohólica más popular del mundo. Aunque su presencia está profundamente arraigada en la cultura, el consumo de esta bebida debe moderarse debido a los riesgos inherentes del alcohol. El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha investigado la cantidad de cerveza que puede consumirse sin poner en peligro la salud. Según la investigación, los hombres pueden ingerir entre una y dos cervezas diarias (alrededor de 700 ml), mientras que para las mujeres se recomienda una cerveza diaria (400 ml). Estas cifras no son aplicables a adolescentes, embarazadas, lactantes ni personas en tratamiento médico.

El consumo moderado, según el CSIC, podría aportar ciertos beneficios, como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y fracturas óseas, además de no estar relacionado con la obesidad general. Sin embargo, los beneficios sólo se observan cuando el consumo se acompaña de una dieta equilibrada. La investigación también advierte que beber varias cervezas el fin de semana, aunque se abstenga el resto de la semana, anula cualquier efecto positivo y aumenta el riesgo de daño hepático y otras complicaciones de salud.