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El error que comete todo el mundo con las llamadas comerciales: expertos en ciberseguridad piden que no lo hagas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con el auge de las nuevas tecnologías y el crecimiento exponencial de las bases de datos telefónicas, las llamadas comerciales se han convertido en una molestia diaria para millones de personas. Suena el móvil y, al contestar, una voz automática o un comercial te intenta vender un producto o servicio. Ante la interrupción, la reacción más común suele ser colgar de inmediato. Pero lo que muchas personas desconocen es que este gesto tan instintivo puede ser justo lo que estos sistemas están esperando. Lejos de disuadir al emisor, este comportamiento puede reforzar la idea de que el número está activo y disponible, lo que incrementa la probabilidad de seguir recibiendo llamadas similares.

La frustración ha llevado a muchos a buscar aplicaciones, trucos y herramientas que prometen poner fin a las llamadas comerciales, pero la clave podría no estar tanto en evitarlas, sino en saber cómo gestionarlas. Expertos en ciberseguridad explican que los algoritmos diseñados para aprender de nuestras reacciones pueden aprovechar nuestra respuesta inmediata. Así, el simple acto de colgar sin decir nada puede tener consecuencias contrarias a las que deseamos.

No cometas este error con las llamadas comerciales

Hoy en día, muchas de estas llamadas provienen de sistemas automáticos que funcionan gracias a la inteligencia artificial. Estos sistemas no sólo intentan vender un producto o servicio, sino que también analizan las conductas, respuestas y tiempos de reacción. Cada vez que contestamos y colgamos sin más, no estamos ignorando al sistema; al contrario, estamos alimentando una base de datos que clasifica nuestro número como «activo».

El gran problema radica en cómo estos algoritmos interpretan nuestras acciones. Cuando cuelgas sin decir nada, el sistema no lo interpreta como una negativa. En lugar de eso, te clasifica como un usuario activo que podría responder en otra ocasión. Y lo que empieza como una simple molestia puede convertirse en una auténtica invasión de la privacidad, ya que detrás de muchas llamadas también una recogida sistemática de datos.

El objetivo es saber a qué horas estás disponible, cuánto tiempo hablas, si respondes con frases cortas o muestras interés, incluso aunque sea para rechazar la oferta. Cualquier interacción, por mínima que parezca, puede ser interpretada como una señal positiva que refuerza la idea de que tu número es valioso.

Cómo actuar

Lo más recomendable, según los expertos, es resistir ese impulso de cortar la llamada de inmediato. En su lugar, es preferible responder de forma breve y clara, dejando constancia de que no quieres que te llamen más. Este tipo de rechazo explícito obliga, al menos a las empresas que operan dentro del marco legal, a eliminar tu número de sus listas.

Otra clave es evitar interactuar demasiado. Aunque parezca lógico explicar por qué no estás interesado, contestar preguntas o incluso iniciar una conversación puede ser contraproducente. Cualquier respuesta, por breve que sea, puede ser catalogada como interés por parte del sistema. Lo mejor es mantener la interacción al mínimo, sin ofrecer detalles personales, y colgar sólo después de haber transmitido claramente la negativa.

Una opción legal y gratuita que muchas personas desconocen es la Lista Robinson. Este registro, gestionado por la Asociación Española de Economía Digital, permite a los ciudadanos expresar su voluntad de no recibir publicidad de empresas con las que no tienen una relación contractual previa. Las compañías que operan legalmente están obligadas a consultar esta lista antes de lanzar campañas comerciales, lo que puede reducir significativamente el número de llamadas recibidas.

Sin embargo, no todas las llamadas provienen de fuentes que respetan la legalidad. Muchas empresas operan desde el extranjero o utilizan prácticas ilegales, lo que limita el alcance de herramientas como la Lista Robinson. En estos casos, es recomendable complementar la estrategia con aplicaciones de bloqueo de llamadas, como Truecaller o Hiya, que identifican y filtran números sospechosos.

A pesar de todas estas herramientas, es importante entender que ninguna solución es infalible. Por eso, adoptar una actitud informada y consciente es la mejor defensa. Saber cómo reaccionar, evitar compartir información personal y utilizar los recursos disponibles son pasos fundamentales para proteger nuestra privacidad.

Además, si una empresa insiste en llamar pese a haber manifestado claramente que no deseas recibir más comunicaciones, es posible acudir a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Esta institución permite presentar denuncias formales contra prácticas abusivas, y puede imponer sanciones económicas a las empresas que incumplen la normativa.

En resumen, colgar rápido no es la solución. Lejos de ahorrarnos molestias, puede empeorarlas. La próxima vez que recibas una llamada sospechosa, recuerda que tu respuesta puede tener más repercusión de la que imaginas. En lugar de actuar por impulso, responde con firmeza, rechaza con educación y corta la conversación sólo después de haber dejado clara tu negativa. Esa es la forma más efectiva de reducir el número de llamadas comerciales y proteger tu privacidad en un mundo cada vez más automatizado.