Curiosidades

5 curiosidades sobre los flamboyanes

Los flamboyanes son considerados como uno de los árboles que tiene las flores más hermosas del planeta. Su origen proviene de Madagascar, pero consiguió ser naturalizado en todos los trópicos. En Puerto Rico se usan mucho en los parques y carretas. Es el árbol nacional de  San Cristóbal y Nieves. A continuación vamos a saber más cosas curiosas sobre el flamboyán.

  1. De mayo a septiembre es su época de florecimiento: destaca por ser un espectáculo por su belleza, donde cada flor llega a tener cinco pétalos de color naranja/rojizo o rojo. Uno de los pétalos siempre va a ser de mayor tamaño que el resto y tendrá marcas blancas y amarillas.
  2. Crece rápido y necesita mucho espacio: llega a crecer hasta 5 pies al año hasta llegar la época de su madurez. Precisa de espacio para crecer, pues a veces llega hasta 40 pies (12,20 metros de altura). Curiosamente, la copa puede ser más ancha que su altura.
  3. Necesaria su poda: es necesario cortar las extremidades inferiores cuando el árbol es joven. Esto lo que hace es proporcionar una base sólida y se puede disfrutar debajo de su sombra cuando llegue la madurez.
  4. El comején le amenaza: hay que eliminar las ramas muertas cuanto antes se pueda, lo que evitará que aparezca la plaga del comején, que le hace muchísimo daño.
  5. En su madurez no necesitan fertilización: en caso de que quieras hacerlo, valdrá con una capa ligera de composta y una vez al año.

Consejos para sembrar tu árbol

Si quieres plantar en el suelo un flamboyán en maceta, puedes hacer un hoyo dos o tres veces de mayor anchura que la bola de raíces y de idéntica profundidad. Pones el árbol en el agujero y rellenas la tierra hasta que la raíces queden cubiertas y riegas.

No olvides que los flamboyanes precisan de riego frecuente cuando son jovencitos. En el momento en que se establezcan, van a tener que regarse, pero únicamente en condiciones de sequía. Antes de eso, en su juventud deberá ser regado de forma profunda del orden de dos veces por semana.

El pequeño árbol tiene que ser fertilizado del orden de tres o cuatro veces al año en sus primeros tres años, empezando de tres a seis semanas después de ser sembrado.

Como decíamos antes, los árboles maduros no tendrían que ser fertilizados, Cuando el árbol se planta sobre un césped que si lo está, el fertilizante para césped puede que sea suficiente y en caso de que no lo sea, se puede fertilizar con una fina capa de composta una vez al año.