El día de San Valentín tiene más encanto si se celebra en Barcelona pues es una ciudad con mil rincones para visitar. Además, la escena gastronómica de Barcelona es de lo más suculenta. Hoy os invitamos a descubrir seis motivos por los que celebrar San Valentín en la ciudad Condal. Os damos algunas pistas: la terraza-mirador del Maremagnum, un edificio emblemático y una propuesta biodinámica y sostenible en un espacio mágico con música y buen ambiente.
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Los restaurantes más románticos de Barcelona
La Dama
- Av. Diagonal 423-425.
La Dama, ubicada en un impresionante edificio gótico en el centro de Barcelona, es una joya arquitectónica con un ambiente elegante y acogedor. La gastronomía y la coctelería acompañan a la decoración. En su propuesta no faltan platos para paladares refinados como las ostras, el tartar de atún o la Stracciatella Pugliese. Si visitas La Dama no puedes olvidarte de nuestros platos favoritos: los platos de pasta a la italiana y principales más contundentes como entrecots o coquelettes de pollo, siempre con guarnición.
Bodega Bonay
- Gran Via de les Corts Catalanes, 700.
De Bodega Bonay podemos decir que se trata de cocina de autor, de temporada y producto de km 0. Los platos son poco convencionales y están ejecutados con maestría en cocina vista. Entre ellos podemos destacar la terrina de volaille, el brioche con setas y yema, la tatin de alcachofa o el royale de erizos. Además, su bodega consta de doscientas referencias de diferentes regiones del mundo.
Nobu Barcelona
- Avenida de Roma, 2-4.
Las vistas nocturnas del skyline de Barcelona se pueden disfrutar desde la planta 23 del hotel Nobu. Os dejarán con la boca abierta, pero el menú no es para menos. Disponen de varias opciones: menús degustación y también para San Valentín. Así que solo tenéis que preguntar y reservar el que más os guste.
Ikoya Izakaya
- Al davant del Mercat de, Av. de Francesc Cambó, 23.
Una puerta para zambullirse en el ambiente de las tabernas de Tokio a través de una minuciosa selección de sashimis, niguiris, ramens, hosomakis y uramakis, platillos de carne y pescado, y cómo no, de la robata. Todo armoniosamente maridado con una generosa tira de sakes artesanales. Un espacio dedicado plenamente al estímulo de los sentidos, que se activan a través del umami, descubriendo un gusto único, inigualable, casi mágico. Una experiencia que permanecerá como un viejo amor en nuestro recuerdo.
Torre d’Alta Mar
- Pg. de Joan de Borbó, 88.
Ubicado a 75 metros de altura, con unas vistas espectaculares de toda Barcelona, este restaurante es clásico, romántico, bien puesto, rodeado de cristalera con vistas… Aunque, tenemos que destacar que es más espectacular de noche. Y, como su propio nombre indica, la cocina que ofrece es mediterránea, de lo más cuidada.
