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Si tu hijo hace esto cuando le quitas el móvil ponte en alerta porque es peligroso: lo dice el psicólogo infantil Álvaro Bilbao

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El uso de dispositivos móviles en niños y adolescentes se ha convertido en un tema preocupante para padres y educadores. La dependencia tecnológica no es solo una cuestión de tiempo frente a la pantalla, sino que también puede reflejar problemas emocionales y cognitivos más profundos. Según el psicólogo infantil Álvaro Bilbao, hay ciertas señales de alarma en el comportamiento cuando se les restringe el uso del móvil que los padres no deben ignorar.

«Parece demostrado que en edades tempranas (por debajo de los 3 años) una mayor exposición a pantallas tiene un impacto negativo en la comprensión y expresión del lenguaje hablado. Esto es así porque el tiempo que un niño pasa frente a una pantalla puede restar oportunidades de conversación y juego activo, que son clave para el desarrollo del lenguaje. Asimismo, Muchos niños muestran un mayor nivel de frustración o enfado cuando se interrumpe el uso de dispositivos, lo que puede indicar una dependencia emocional», explica.

‘Efectos psicológicos que predisponen a la adicción a pantallas’

Una de las primeras señales de alerta es el rechazo a otras actividades de las que antes disfrutaba, como leer, dibujar, hacer deporte o pasar tiempo con sus amigos. Álvaro Bilbao explica que «cuando un joven deja de lado actividades que antes le producían placer para centrarse únicamente en la pantalla, es un indicador de que la relación con el dispositivo está alterando su equilibrio emocional».

Otro signo al que los padres deben prestar atención es la insistencia en tener acceso al móvil. Este comportamiento refleja una dependencia de la gratificación inmediata que ofrecen las aplicaciones, juegos o redes sociales. Bilbao señala que «la necesidad de estar siempre conectado puede interferir con la capacidad del adolescente de concentrarse y relacionarse con su entorno de manera saludable».

Los problemas para dormir son otra consecuencia directa de un uso excesivo del móvil. Estudios recientes muestran que la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que agrava la falta de descanso. Según Álvaro Bilbao, «cuando un adolescente presenta dificultades para dormir y se observa una relación directa con el uso del móvil, es un indicador serio de que el dispositivo está afectando su salud física y emocional».

Las reacciones intensas son otro síntoma preocupante. Los adolescentes pueden mostrar conductas extremas, como gritar, llorar o incluso adoptar actitudes agresivas cuando se les impide acceder a la pantalla. Bilbao advierte que «la intensidad de la reacción ante la restricción del móvil nos habla del nivel de apego que el joven tiene con la tecnología y de cómo esto puede interferir con su capacidad de autorregulación emocional».

Cabe destacar que estos comportamientos no siempre indican un problema grave por sí solos. Sin embargo, cuando se presentan de manera conjunta y persistente, constituyen un patrón de alerta. Los padres deben observar la frecuencia, la intensidad y la duración de estas conductas, y buscar ayuda profesional si consideran que la situación está fuera de control. Por último, Bilbao recuerda que «la educación en el uso consciente del móvil no consiste en prohibirlo, sino en enseñar a los jóvenes a equilibrar su vida digital con otras áreas de desarrollo».