4 problemas estomacales frecuentes del bebé durante su primer año de vida

4 problemas estomacales frecuentes del bebé durante su primer año de vida
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Nerviosismo, miedo y preocupación son los sentimientos y sensaciones que tienen los padres primerizos cuando sus bebés están sufriendo problemas estomacales. Por regla general, se ponen en lo peor y llegan a un nivel de histerismo, en algunas ocasiones, que requiere que el pediatra calme más a los adultos que a sus pequeños.

En ese sentido, es importante que los papás tengan claro que esos trastornos relacionados con el aparato digestivo son muy habituales en los niños durante el primer año de vida. Y es que hay que tener en cuenta que ese sistema de sus cuerpos aún presenta cierta inmadurez y necesita tiempo para formarse por completo y realizar su funcionamiento de manera correcta.

Por eso, más del 50% de los bebés experimenta problemas estomacales a lo largo de los doce primeros meses. De ahí que sea necesario que los adultos mantengan la calma cuando esas dificultades de salud aparecen. Es normal que se preocupen y que muestren cierta intranquilidad ante los síntomas que sufren sus hijos. Sin embargo, deben saber que son trastornos normales y que, por regla general, desaparecen al poco tiempo, tras seguir las recomendaciones dadas por el pediatra.

En concreto, podemos decir que estas son las dolencias estomacales más habituales entre el citado grupo poblacional:

1-Cólico del lactante

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Desde la segunda semana de vida, el bebé puede padecer este problema estomacal, el cólico lactante, que es uno de los más frecuentes entre los recién nacidos. Se produce por diferentes causas, aunque lo normal es que el motivo de su aparición sea que, durante el proceso de amamantamiento, el niño acumule aire. Sin embargo, los médicos también establecen que puede aparecer por culpa del estrés que tenga o incluso porque se le haya cambiado la leche que ingiere. Todo sin olvidar que también puede ser debido a que sufra intolerancia a la lactosa.

¿Cómo detectarlo? A través de ciertos síntomas que experimenta el pequeño, tales como los siguientes:

  • Su intestino hace ruido.

  • Levanta las piernas y las mueve con mucha frecuencia.

  • Tiene un llanto constante e incluso podríamos decir que desesperado, ante el dolor abdominal que sufre.

  • Está muy irritable y se muestra inquieto.

Ante todo eso, el padre o la madre lo único que pueden hacer es coger en brazos al bebé, acunarlo y darle palmaditas en la espalda o bien hacerle masajes abdominales. No obstante, otra alternativa es colocarlo boca arriba en la cama, coger sus pies y, con suavidad, flexionar y estirar sus piernas, ya que de esta manera se facilitará que pueda expulsar gases.

2-Diarrea

Cuando el niño de un año de vida realiza más de seis deposiciones al día es que claramente está sufriendo un problema de diarrea, que también será palpable por la apariencia líquida de las heces y por el excesivo mal olor de las mismas. ¿A qué es debido? Básicamente se produce por tres causas: intolerancia a la lactosa, celiaquía o un virus.

En este caso, es importante acudir con el bebé al pediatra para que le reconozca y le establezca el tratamiento más oportuno. No obstante, además del mismo, posiblemente le dará a los padres una serie de pautas fundamentales para que el enfermo se recupere cuanto antes:

  • Para evitar que el pequeño se deshidrate, hay que darle suero oral u otras bebidas con niveles importantes de minerales.

  • Debe seguir una dieta sana y equilibrada.

  • En los casos en los que tenga vómitos o fiebre, se le deberá administrar el medicamento indicado por el doctor.

3-Regurgitaciones

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La inmadurez del esfínter del bebé es la principal causa de que este regurgite, es decir, que después de comer expulse pequeñas cantidades de la leche o de la papilla que ha tomado.

La gran mayoría de los pequeños de hasta un año de edad tienen este problema estomacal que desaparece por sí solo, pero que requiere que, durante el tiempo que se produzca, los padres tomen ciertas medidas para evitarlo:

  • Hacer que el menor coma con más frecuencia y en menor cantidad, para que así su intestino no tenga que acometer un esfuerzo.

  • Después de que se alimente, se debe mantener al niño en posición vertical para evitar favorecer las regurgitaciones.

  • Debe evitarse que tome mucho aire mientras toma el biberón, pues ese elemento dificulta la digestión.

  • Es fundamental que cuando se le acueste, se le ponga de lado para que así los vómitos no le ahoguen.

4-Estreñimiento

De la misma manera, no podemos pasar por alto que otro problema estomacal habitual en los niños es este. Pocas defecaciones y heces duras son los principales síntomas de esta dolencia, que suele producirse cuando se han producido cambios en la leche que alimenta al niño o cuando ha comenzado a tomar productos de tipo sólido.

Darle papillas de frutas o masajearle el abdomen son dos de las recomendaciones más sencillas que deben seguirse para ponerle fin al estreñimiento.

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