¿Por qué mi hijo no es sociable?

Educar a los pequeños, como ya hemos analizado en más de una ocasión, es realmente difícil. Y es que hay que partir del hecho de que cada menor es diferente. De ahí que, aunque existan unas pautas generales, luego los padres tengan que tener en cuenta la personalidad y los problemas de cada uno de sus vástagos. Así, precisamente se puede dar la circunstancia, por ejemplo, de que existan adultos que se planteen “¿por qué mi hijo no es sociable?”.

Si ese es tu caso, sigue leyendo. A continuación, vamos a intentar darte a conocer algunas de las posibles causas que expliquen esa característica de tu pequeño:

Sobreprotección de los padres

Una de las principales razones de que un niño pueda presentar problemas para entablar relaciones con otros menores de su misma edad es que están sobreprotegidos. El hecho de que, desde temprana edad, en casa se haya apostado por evitarle situaciones que le puedan ocasionar algún problema o sufrimiento, genera esta situación que nos ocupa.

Lo que sucede es que esa medida por parte de los adultos le hace sentirte inseguro y totalmente dependiente de su familia. De ahí que quiera quedarse en su “zona de confort”, la que le da tranquilidad y la que hace tener claro que va a estar bien y sin sufrir, sin posibilidad de recibir ningún “palo” emocional.

Una sobreprotección que también puede llevar a los papás a seleccionar, por decirlo de algún modo, las amistades de su hijo. De ahí que se puedan volver tan exigentes que este no llegue a tener amigos.

El propio carácter

Sin lugar a dudas, otra razón que puede explicar que un niño no sea sociable es que tenga ese carácter. Es decir, igual que hay menores que son muy extrovertidos y no dudan en relacionarse con todo el mundo, existen otros que son todo lo contrario.

En este caso, hay que tener en cuenta que se pueden dar dos circunstancias:

• Que su carácter no sea sociable porque considera que no necesita a nadie y que no tiene intención de cambiar.
• Que cuente con una marcada timidez que sea la que determine que, aunque le gustaría tener más contacto con gente, sea “antisocial”.

En cualquiera de las dos circunstancias, se puede optar por intentar acudir a un psicólogo para que pueda ayudar al menor a mejorar sus habilidades sociales. Y es que estas, al final, son una herramienta muy enriquecedora.

Víctima de bullying

No menos importante es tener en cuenta que otra causa de que un niño no sea sociable puede ser que esté siendo víctima del acoso escolar. Una situación que puede estar trayendo consigo que decida aislarse de los demás para evitar que se burlen de él, que se rían o que incluso lleguen a agredirle verbal o físicamente.

En este caso, si se comprueba que este es el origen de su actitud, habría que tomar medidas rápidamente. Contactar con el centro educativo sería el primer paso, además de contar con ayuda especializada, para que el menor deje de sufrir.

Adicto a la tecnología

En los últimos tiempos, sobre todo, la tecnología ha pasado a ocupar un papel fundamental en nuestras vidas. Tanto es así que, en muchos casos, se han generado verdaderas situaciones de adicción a la misma, ya sea a la tablet, a la consola, al ordenador o al móvil.

No solo adultos sufren la misma sino también niños. Niños que prefieren quedarse en casa entretenidos con esos dispositivos que salir a la calle para estar con sus amigos.

Baja autoestima

Por supuesto, tampoco hay que olvidar que otra causa de que un menor no sea sociable en absoluto es que puede tener una baja autoestima. Así, aunque no sufra bullying, se puede dar la circunstancia de que cuente con una mala imagen de sí mismo, tanto por su aspecto diferente como por algún tipo de problema personal que posea. De ahí que se aísle, que no quiera relacionarse con los demás porque crea que es inferior o porque teme ser víctima de risas y burlas.

Comodidad

De la misma manera, no hay que olvidar que también se puede producir esa nula sociabilidad simplemente por comodidad. Sí, porque al niño le dé pereza tener que relacionarse con los demás, hacer amigos…Sabe que en casa tiene todo lo que necesita para estar a gusto y se adapta a ese ambiente de confort.

A grandes rasgos, estos son los principales motivos que pueden llevar a que tu hijo no sea sociable. Intenta descubrir en su caso cuál es el causante de la situación y, después de tenerlo claro, opta por tomar las medidas que sean necesarias para cambiarla. Y es que, al final, mejorar las relaciones con los demás y fortalecer amistades resulta enriquecedor en todos los sentidos.