Bebés

La ecografía doppler, ¿cuándo hacerla?

Las ecografías son unas de las pruebas más habituales a las que se somete la mujer durante el embarazo, ya que resultan muy útiles para conocer en qué estado se encuentra el feto, si se está desarrollando correctamente, si es niño o niña, si presenta alguna malformación…

Por regla general, todas las mamás se someten a las llamadas ecografías 2D, pero luego están las 4D, que sólo son llevadas a cabo por las que lo desean, y, en tercer lugar, se halla la conocida como doppler. Esta, basada en ultrasonidos, lo que hace es estudiar el flujo de la sangre y sólo se la tienen que realizar algunas féminas. ¿Quiénes? Las que el ginecólogo considere oportunas por distintas circunstancias que puedan suponer un peligro para sí mismas o para sus hijos.

En concreto, estas podemos decir que son las causas que pueden obligar a acudir a esa prueba:

1-Enfermedades de tipo trombótico

Cuando el médico percibe que existe una obstrucción parcial o completa de vasos sanguíneos o arterias que puede traer consigo la aparición o riesgo de trombos, es importante llevar a cabo la mencionada ecografía. Y es que la misma permitirá conocer el estado real de esas partes del cuerpo.

En concreto, durante el periodo de gestación se suele recurrir a esta prueba para descubrir, por ejemplo, en qué estado se encuentran las arterias del útero de la futura mamá.

De la misma manera, no hay que pasar por alto que también se emplea para poder diagnosticar enfermedades o anomalías cardíacas en el feto. Al detectarse estas se pueden tomar medidas para corregirlas antes de su nacimiento o bien para estar preparados en el momento que venga al mundo.

2-Retraso del crecimiento fetal

Otro de los motivos habituales que lleva al ginecólogo a establecer que su paciente tiene que hacerse una ecografía doppler es la de intentar averiguar si existe un retraso en lo que es el crecimiento del feto. Si este es una realidad habrá que ver las causas que lo originan, entre las que se podría encontrar un problema en el abastecimiento de alimento que tiene.

3-Problemas en la placenta o en el cordón umbilical

Dos de los elementos fundamentales para que el feto vaya creciendo, en las mejores condiciones de alimentación y salud, son la placenta y el cordón umbilical. Por eso, cuando el ginecólogo sospecha que presentan alguna anomalía o deficiencia toma rápidamente la decisión de someter a la mujer a una prueba como la que nos ocupa. Y es que será la que le permitirá saber si realmente existe, porque eso pondría en serio peligro la vida del bebé.

En estos casos, la prueba que nos ocupa lo que hace es proceder a analizar de manera profunda lo que es el flujo sanguíneo que hay tanto en las arterias umbilicales como cerebrales del pequeño.

4-Enfermedades de la madre

No hay que pasar por alto que hay una serie de circunstancias que establecen como obligatorio que la embarazada se realice la doppler. En concreto, es vital que se sometan a la misma las féminas que presentan ciertas enfermedades, ya que es la manera de tener controlada su salud en pro de sí mismas y de sus bebés:

5-Sufrimiento fetal

De la misma manera, hay que tener en cuenta que otra de las situaciones en las que la ecografía doppler se convierte en prueba necesaria y vital es cuando se considera que el feto puede estar sufriendo. Esta situación se puede dar en la recta final del embarazo, cuando el bebé reclama más oxígeno y alimento, porque ha crecido y porque se está “preparando” para el momento de su nacimiento. Sin embargo, presenta el inconveniente de que en ese momento, la placenta que le aporta todo eso está más vieja.

A grandes rasgos, estos son los principales motivos que pueden llevar a que una mujer tenga que someterse a la ecografía doppler, que se identifica por estas señas de identidad: