Diferencias entre alimentos prebióticos, probióticos y simbióticos.
En nuestro intestino y en el de nuestros bebés existe lo que conocemos como flora bacteriana. Se trata de un conjunto de millones de bacterias beneficiosas para el organismo. Hay estudios que indican que podemos llegar a tener en nuestro interior una variedad de 2.000 tipos diferentes. Sólo un bajísimo porcentaje serían nocivas para nosotros.
Partiendo de eso, se hace necesario conocer que hay una serie de alimentos que debemos darle a nuestro pequeño para favorecer dicha flora. Sin embargo, es en ese punto donde surge la duda entre lo que son los prebióticos, los probióticos o los simbióticos. Por ello, nada mejor que conocer sus diferencias.
¿Qué son los prebióticos? Estos son alimentos que colaboran en el crecimiento de las bacterias del colon (que forma parte del aparato digestivo). Los encontramos en la leche materna, en las verduras, en la miel… Los principales se llaman oligosacáridos, y junto con la inulina son los que más se han estudiado. A pesar de ello, no se han demostrado grandes beneficios en la alimentación del lactante a falta de análisis más rigurosos.
Los alimentos probióticos, como por ejemplo el L.Casei, contienen microorganismos vivos que causan beneficios en la persona, siempre que se tomen las cantidades adecuadas. Sirven para mejorar las defensas y, en algunos casos, como prevención contra la diarrea. La especie Lactobacillus, por ejemplo, se utiliza para conservar alimentos debido a la fermentación que provoca en ellos, como sería el caso de los yogures. Las leches infantiles están pendientes de estudios al respecto que puedan garantizar su uso, aunque en la leche materna los encontramos de forma natural.
Los probióticos se encuentran en los lácteos sobre todo, por lo que deberemos conservarlos en las condiciones requeridas. Hay que consultar con el pediatra el suministro de estos alimentos al niño, pues hay gran variedad y quizá no todos sean aconsejables para aquel, pues están considerados como un suplemento alimenticio.
Los alimentos simbióticos, por otra parte, nacen de la unión entre probióticos y prebióticos. Por ello, también son beneficiosos para la flora intestinal y favorecen el sistema inmunológico. Al igual que los anteriores, hasta la realización de más estudios al respecto no se recomienda con seguridad su utilización en las leches infantiles.
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