Conteras (Vox) dice que sin Queipo «habrían fusilado a mi abuelo, uno de los alzados, y yo no existiría»
Francisco Javier Contreras, diputado de Vox en el Congreso por la provincia de Sevilla, se ha opuesto este martes a la exhumación de Queipo de Llano de la Macarena. Contreras, de este modo, ha alabado en sus redes sociales «la audacia de Queipo, sin la cual no habría triunfado el alzamiento» militar de 1936 en «Sevilla la roja», «llena de milicias izquierdistas». «Mi abuelo, uno de los alzados, habría sido fusilado, y yo no existiría», plantea respecto a lo que a su entender habría sucedido de haber fracasado en la capital andaluza el golpe de estado.
Al punto, ha criticado que «siguen en su sitio los monumentos a Indalecio Prieto», ministro socialista de la II República que en 1934 impulsó la revolución o huelga general revolucionaria promovida por el PSOE y UGT, tras la entrada de tres ministros de la CEDA en el Gobierno republicano. En ese sentido, señala los «1.400 muertos», la mayoría civiles, que dejó aquel episodio, sofocado mediante la movilización del Ejército y las fuerzas de seguridad del Estado.
El diputado de Vox por la provincia de Sevilla en el Congreso de los Diputados Francisco Contreras ha reaccionado de este modo en la red social Twitter a la carta remitida por el Gobierno central a la hermandad de la Macarena, instando a retirar de su basílica la tumba del general golpista Gonzalo Queipo de Llano, al prohibir la reforma de la Ley estatal de Memoria Democrática la presencia de restos mortales de dirigentes del citado golpe militar en lugares preeminentes de acceso público.
Largo Caballero
También reprocha Contreras el caso del dirigente socialista Largo Caballero, presidente del Consejo de Ministros de la II República entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, «bajo cuya responsabilidad se masacró a decenas de miles de católicos y derechistas» durante la Guerra Civil, según avisa.
«No buscan la justicia; buscan la venganza y la asimetría. Lo civilizado es no perturbar el reposo de los muertos. Sean quienes sean», culmina el diputado nacional de Vox.
El artículo 38.3 de la nueva Ley de Memoria Democrática, en cualquier caso, estipula que «los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra o la Dictadura».
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