«Sálvese quien pueda» en Ferraz: los cercanos a Sánchez desertan tras la debacle en el debate

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. (Foto: AFP)

El debate a cuatro de este lunes no dejó un claro ganador pero sí un incuestionable perdedor: Pedro Sánchez. En el PSOE ya impera el ‘sálvese quién pueda’ y los que antes eran ‘fieles’, después de la debacle en este debate ya ven más factible el cambio de líder para que «el partido discuta en serio sobre su futuro». Esta vez hablan los cercanos a Ferraz (no los barones, ni los críticos) y parte de esas bases convencidas, que ven a Sánchez como el primer secretario general que instauró las primarias y quitó el ‘dedazo’ para nombrar al candidato. Incluso, los más convencidos señalan del debate que «a Pedro le faltó arrojo… que no estuvo bien y esto es lo que nos vamos a encontrar de aquí a final de campaña. El PSOE está desmotivado».

Los cercanos a Sánchez, cuentan en privado, que están nerviosos por no revalidar sus empleos y comienzan a desertar porque «con el trabajo no se juega». Hacen autocrítica y exponen que «se podía haber hecho mucho mejor». Explican que el ‘círculo’ que rodea a Sánchez, muchas veces, le insufla fuerzas para que continúe y critican que «también tergiversan la realidad. Estaría bien que hicieran autocrítica y planificaran mejor la estrategia». En concreto, avanzan que ya «están en otros temas que no son de la campaña». 

El ‘ruido de sables’ traspasa la sede socialista y admiten que «las encuestas están ahí», en referencia al último CIS, que hace factible el ‘sorpasso’. Pese a que en sus sondeos internos mantienen el segundo puesto, «aunque en caída», según admiten. A nadie le extraña que impere el «sálvese quién pueda» y que la fuga de afiliados que huyen no pare de crecer. Las mismas fuentes aseguran que la ‘era Sánchez’ no ha cortado el ‘grifo’ de militantes descontentos y el partido se deja alrededor de 500 afiliados al mes, según publica OKDIARIO.

Sánchez enmudece tras el debate

Al finalizar el debate que enfrentó a los cuatro grandes candidatos, todos los focos estuvieron pendientes de Pedro Sánchez y de su mujer, Begoña Gómez. El líder socialista no quiso hablar el lunes a su salida y tampoco se ha pronunciado durante un acto a pie de calle con militantes en la capital en la mañana del martes. «Estoy muy bien», han sido las únicas palabras que los periodistas han podido ‘arrancar’ a Sánchez a primera hora. El candidato ha mantenido más tarde un encuentro con los sindicatos, quienes le han pedido que derogue la reforma laboral de Zapatero, y no ha podido reunirse con su equipo de campaña para analizar a fondo el debate.

Al término de este acto desveló que echó de menos un ‘cara a cara’ con el presidente del Gobierno en funciones y candidato del PP, Mariano Rajoy. Enfrentarse a Rivera y a Iglesias le pasó factura al socialista, y lo sabe. En su equipo criticaron que desde el principio se buscó el ‘cara a cara’ con Rajoy para centrar el debate en el partido del Gobierno y en la oposición (PP y PSOE) pero culpan a los populares que a última hora «escogieran a Iglesias» para hundirles. «Nos dejaron bien claro en el debate qué es lo que buscan: desbancar a Sánchez para que nos abstengamos, y eso no sucederá», indica un miembro de la Ejecutiva. Los presidentes autonómicos socialistas rechazan dar la abstención al PP, pero a la vez señalan que «es necesario el Congreso del partido para mantener una discusión abierta y que todos tengamos claro hacia dónde nos queremos dirigir».

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