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Todo el mundo va a Nerja o a Marbella, pero este pueblecito malagueño es más auténtico y menos masificado

Ubicadas en el imaginario turístico como sinónimos de verano, Nerja y Marbella se ganaron su lugar como epicentros del turismo en la Costa del Sol. Pero esta popularidad tiene un precio: calles abarrotadas, playas saturadas y precios que se disparan en temporada alta. Lo que muchos conocen es la existencia de un pueblecito malagueño muy tranquilo y con identidad propia.

Y es que aquí estamos hablando de un núcleo costero que no renuncia a sus raíces marineras, que convive con el turismo sin rendirse a él, y donde se puede comer pescaíto frito sin esperar colas ni pagar precios inflados.

¿Cuál es el pueblecito malagueño con más autenticidad y menos masificado?

El pueblecito malagueño que nos compete en esta ocasión es Caleta de Vélez. Se ubica en la comarca de la Axarquía, dentro del municipio de Vélez-Málaga.

A tan sólo 35 kilómetros de Málaga capital por la N-340, Caleta de Vélez supo mantener un equilibrio difícil: conservar su esencia sin cerrar la puerta a las mejoras modernas. Su origen se remonta al antiguo Pago de Trayamar, un terreno comprendido entre los ríos Seco y Algarrobo.

La vida aquí gira en torno al puerto. No es cualquier puerto: es el más importante de la Costa del Sol oriental, tanto en volumen de pesca como en actividad. Basta con acercarse al amanecer para ver las redes extendidas en la playa, los pescadores faenando o el bullicio de la lonja en plena subasta.

Junto al puerto, las casas encaladas, las antiguas barracas de pescadores y las viviendas de aperos forman un paisaje que se ha ido perdiendo en otras zonas más masificadas de la provincia.

Playa urbana, tapeo local y paseos sin multitudes en Caleta de Vélez

La playa de Caleta de Vélez es urbana, con arena oscura y aguas tranquilas. Aunque cuenta con todos los servicios, no sufre las aglomeraciones de otros destinos de la costa. Muy cerca, el paseo marítimo conecta con Torre del Mar, permitiendo caminatas entre chiringuitos, bares y mercadillos sin necesidad de coger el coche.

Entre los planes destacados en este pueblecito malagueño se encuentran:

El ambiente es calmado, pero sin caer en la inactividad. Aquí el turismo es más nacional y familiar, lo que permite conservar costumbres como el tapeo, muy presente entre las 12:30 y las 14:00, sobre todo en fin de semana.

Sin trampas para los turistas: ¿Cómo es la gastronomía de este pueblecito malagueño?

La cocina local se basa en el producto que ofrece el mar. El pescado frito, el aceite de oliva y las técnicas de salazón son pilares básicos en los platos caleteños. La carta típica incluye:

Sopas blancas con pescado.

Y entre los locales más conocidos figuran:

Aquí no hay menús para turistas, sino cartas pensadas para comensales locales. Eso sí, conviene reservar con antelación en temporada alta, especialmente para conseguir sitio en las terrazas frente al mar.

Ahondando en la cultura marinera de Caleta de Vélez

Caleta de Vélez también conserva sus fiestas tradicionales:

Estas celebraciones no están pensadas para atraer turistas, sino que nacen de la vida local. La implicación del vecindario, la cofradía de pescadores y los negocios del puerto es total.

Cómo llegar a Caleta de Vélez

El acceso al pueblecito malagueño es sencillo:

Aunque hay zonas de aparcamiento, conviene recordar que los sábados por la mañana no se puede estacionar en la calle paralela a la N-340 debido al mercadillo.