Las siete pozas de Málaga que no te puedes perder este verano
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Si todavía no tienes plan para disfrutar de tiempo de calidad en familia este verano, los pueblos de Málaga son un destino fascinante. Muchos de ellos albergan en sus inmediaciones fabulosas pozas naturales que son un auténtico espectáculo. Durante la época estival, puedes sumergirte en sus aguas cristalinas rodeadas de vegetación para relajarte y descansar.
Desde encantadores oasis en Sierra Bermeja hasta recónditos rincones en la Serranía de Ronda, disfrutarás de experiencias inolvidables en estos destinos que te dejarán sin aliento. Toma nota de cuáles son las mejores pozas naturales de la provincia de Málaga y anímate a refrescarte en sus aguas.
Poza Macías (Yunquera)
La Poza Macías se sitúa poco más abajo del nacimiento del río Grande. Para acceder a ella, es necesario remontar unos 300 metros siguiendo el curso del río desde la Fábrica de la Luz de San Pascual. Es crucial considerar el caudal del río antes de aventurarse, para evitar contratiempos.
Este tramo puede presentar ciertas dificultades para aquellos que no estén familiarizados con la navegación fluvial, ya que implica sortear grandes bloques de piedra. Además, la densidad de la vegetación puede complicar aún más el recorrido. Hay que tener en cuenta también que el agua del río suele estar bastante fría.
Charco Frío (Benaoján)
El paraje ha sido distinguido como Monumento Natural de Andalucía, en reconocimiento a su extraordinaria belleza. El río Gaduares, al filtrarse por el subsuelo, ha creado un impresionante sistema subterráneo conocido como complejo Hundidero-Gato. Este fenómeno da origen a una de las vistas más cautivadoras de la Serranía de Ronda.
Las aguas emergen al exterior, adornando el paisaje con su encanto natural. Alrededor de la charca, se extiende una llanura equipada con algunas zonas de barbacoa, ofreciendo un lugar perfecto para el descanso y el disfrute al aire libre. La zona más cercana al charco ofrece sombra fresca, ideal para refrescarse en los días calurosos.
La extrema frialdad de las aguas ha dado nombre a este lugar de baño, dotándolo de un carácter único y refrescante. Siguiendo la cañada real se llega a escasa distancia del charco Redondo. Ésta profunda y amplia piscina natural solía ser un punto de encuentro popular para los habitantes de Benaoján en tiempos pasados.
Charco del Canalón (Istán)
El charco del Canalón se encuentra encajonado entre paredes de piedra caliza, recibiendo su nombre de la cascada de una acequia que fluye desde arriba. La exuberante vegetación que cubre las laderas, pobladas de alcornoques, pinos, enebros y brezales, junto con el impresionante gollizo, conforman un paisaje que parece sacado de una postal.
La profundidad de la poza la hace inadecuada para aquellos que no son buenos nadadores, ya que hay pocas opciones para sujetarse en las orillas. Además, es esencial tener cuidado al estar bajo la cascada artificial, ya que el agua golpea con fuerza y puede causar lesiones. Para sentarse, se pueden usar las rocas en la orilla derecha o cerca de la poza más pequeña.
Arroyo del Quejigo (Jubrique)
En el corazón de Sierra Bermeja se encuentra el encantador oasis conocido como el charco Azul, alimentado por las aguas que brotan del nacimiento del arroyo El Quejigo, afluente del río Almárchal, tributario del río Genal. Este rincón de aguas cristalinas se encaja entre altos desfiladeros y está rodeado de densos pinares, donde los helechos prosperan en abundancia.
El acceso a este paraíso natural se logra a través de la carretera que parte del casco urbano de Jubrique hacia Estepona, tomando un camino a la derecha en el puerto del Estercal, a unos siete kilómetros de distancia.El suelo de la zona está compuesto por rocas peridotitas, que adquieren un tono azulado oxidándose al contacto con el aire y adoptando tonalidades pardas y rojizas.
Charco de las Nutrias (Estepona)
El entorno del charco de las Nutrias está delineado por empinadas laderas, adornadas con un bosque de pinos resineros y rodeadas por un cerco de mármol blanco, por donde se desliza el agua en forma de una pequeña cascada que alimenta una amplia charca. Siguiendo el curso de esta corriente, nos encontramos con un par de remolinos de una belleza innegable, cuyo nombre hace referencia a la presencia de mustélidos en la zona.
La poza presenta cierta profundidad en sus zonas centrales, por lo que lanzarse desde las paredes laterales representa un peligro considerable, tanto por el salto en sí como por la dificultad para acceder a la plataforma. Por otro lado, la única zona segura para descansar se encuentra en la orilla central, cubierta por cantos rodados de diversos tamaños. Cabe destacar sombra es escasa y el sol brilla la mayor parte del día durante la época estival.