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El pueblo más pequeño de Madrid está reconocido por la UNESCO: sólo tiene 72 habitantes

La historia, los paisajes y la tranquilidad de este pequeño pueblo lo convierten en un refugio ideal para quienes desean conocer lo más lindo de la Madrid rural

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  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Escondido en la Sierra del Rincón, Madarcos se erige como el pueblo más pequeño de Madrid y un tesoro natural reconocido por la UNESCO. Con apenas 72 habitantes (INE 2023), este municipio es el menos poblado de la Comunidad de Madrid, pero destaca por su valor histórico y natural.

A pesar de su reducido tamaño, Madarcos tiene un gran interés cultural y patrimonial, especialmente debido a su ubicación dentro de la Reserva de la Biosfera.

Un enclave único en la Sierra del Rincón

Madarcos, situado al norte de la Comunidad de Madrid, se asienta en un altiplano circundado por el río Madarquillos. Este pueblo de 8,46 km² está rodeado de un paisaje accidentado y montañoso, con suaves pendientes que lo convierten en un entorno ideal para el senderismo.

Su localización, a más de 1.000 metros de altitud, ofrece vistas impresionantes de las estribaciones de Somosierra. Podría afirmarse que el entorno natural de Madarcos es uno de sus principales atractivos.

La Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, en la que está incluido desde 2023, agrupa a seis municipios. Esto lo convierte en un espacio protegido donde se combinan valores medioambientales con tradiciones rurales que han perdurado a lo largo de los siglos.

La historia de Madarcos, un pueblo pequeño pero con mucha tradición

Aunque su población es pequeña, este pueblo de Madrid ha duplicado sus habitantes desde 2001, cuando apenas contaba con 27 vecinos. Este crecimiento, lento pero constante, refleja un interés renovado por las zonas rurales y por el turismo sostenible.

Entre las edificaciones más destacadas de Madarcos se encuentran la Iglesia de Santa Ana, de origen en el siglo XVII, y los molinos de Paulino y de la Fausta, que representan parte del patrimonio histórico del municipio.

La Iglesia de Santa Ana fue rehabilitada en 1984 y mantiene una estructura de una sola nave con una espadaña de dos campanas, un elemento característico en la arquitectura religiosa de la zona.

Los molinos, por su parte, formaban parte de la vida cotidiana de Madarcos hasta mediados del siglo XX. El molino de Paulino, ubicado al noroeste del pueblo, era utilizado para moler el grano y está catalogado como un ejemplo de la arquitectura industrial de la época. El molino de la Fausta, situado al sur y cerca del río Puebla, fue el último en estar operativo, hasta los años 50.

Patrimonio natural y rutas de senderismo en Madarcos

Para los amantes de la naturaleza, Madarcos apaña una amplia variedad de rutas de senderismo, que permiten disfrutar de sus paisajes y conocer su historia. El Ayuntamiento organiza una ruta circular de 2,5 km que parte desde la Iglesia de Santa Ana y llega hasta los antiguos molinos.

Además, hay otras dos rutas recomendadas para los excursionistas más experimentados: