Cena a la luz de las velas en este pueblo medieval segoviano que todo el mundo visita en verano
Una joya medieval que conserva su arquitectura tradicional
El pueblo al lado de Madrid que es una joya y casi nadie conoce: es el mejor destino para tu escapada más especial
El pueblo más maravilloso y desconocido de España con playas paradisíacas
Bien es sabido por todos que la provincia de Segovia alberga algunos de los pueblos más bonitos de España, pero hay uno que destaca sobre todos los demás. Se trata de Pedraza, una de las villas medievales mejor conservadas de España. Su importancia histórica se refleja en su declaración como Conjunto Monumental en 1951 y el reconocimiento con el premio Europa Nostra en 1996 por la cuidadosa restauración de sus edificios. La villa tiene una historia que se remonta a la prehistoria debido a su ubicación estratégica, pero es en la Edad Media cuando alcanzó su máximo esplendor, especialmente desde que el señorío de Pedraza pasó a manos de la Casa de Velasco a mediados del siglo XV.
La Calle Mayor y la Plaza Mayor son puntos destacados. La Calle Real, que siempre ha conservado su nombre, atraviesa Pedraza y conduce a la Plaza Mayor, uno de los lugares más emblemáticos de la villa. La plaza, caracterizada por sus casas castellanas y sus hermosos soportales, es un ejemplo perfecto de la arquitectura urbana castellana, con un estilo inconfundible que ha sido el centro de la vida social de Pedraza. La iglesia de San Juan Bautista, ubicada al sur de la plaza, combina elementos románicos con intervenciones posteriores de estilo barroco. Destaca la impresionante pila bautismal del siglo XIII en su interior.
Pedraza
Pedraza, anclada entre murallas y con la majestuosa Sierra de Guadarrama como telón de fondo, destaca como una de las villas medievales mejor conservadas de España. Este pequeño enclave de casonas blasonadas, una plaza porticada y una iglesia románica, además de su imponente castillo histórico, invita a los visitantes a sumergirse en siglos de historia y arquitectura.
La historia de Pedraza se remonta a sus días como Petraria, un centro agrícola y ganadero conocido por la exportación de lana de oveja merina en los siglos XVI y XVII. El castillo, originalmente construido por los árabes, fue posteriormente reconstruido bajo la influencia de la familia Velasco, prominentes en la industria textil europea. Estos señores feudales transformaron Pedraza en un floreciente centro urbano, marcado por sus palacetes y casonas adornadas con símbolos heráldicos, que aún hoy adornan la Plaza Mayor y sus alrededores.
Entre los puntos más destacados para visitar en Pedraza se encuentra la Puerta de la Villa, que además de ser la entrada principal amurallada, también servía como cárcel medieval. Dentro, las celdas y salas de prevención ofrecen un vistazo a las duras condiciones de vida de los presos, incluidos aquellos con delitos graves. La plaza, de planta irregular y porticada, es el corazón social y gastronómico de Pedraza, donde los restaurantes y asadores ofrecen especialidades como el cochinillo y el cordero lechal, cocinados con métodos tradicionales que remiten a siglos de historia culinaria.
A lo largo de las calles empedradas como la Calle Real y la Calle Mayor, los visitantes pueden maravillarse con la arquitectura intacta y la uniformidad estética que ha caracterizado a Pedraza durante siglos. Cada rincón revela una historia, desde las ruinas de la iglesia de Santa María hasta el imponente castillo que domina el horizonte. Este último, con sus origines musulmanes y su historia como prisión para reos de sangre real, ha sido restaurado y hoy alberga un museo dedicado a las obras del pintor Ignacio Zuloaga.
Cena de las Velas
En la Plaza Mayor del encantador pueblo medieval de Pedraza, se ha restaurado una casona castellana del siglo XVII para revivir su histórica taberna y ofrecer una experiencia única a los comensales. Este lugar ahora alberga Casa Taberna, un restaurante especializado en cocina a la brasa, auténtica y directa, además de servir como casa de huéspedes donde los visitantes pueden disfrutar de un fascinante viaje al pasado.
Para las cenas del 6 y 13 de julio, el Menú Noche de Velas en este lugar único ofrece una experiencia gastronómica completa y refinada. Comienza con una gilda tradicional seguida de un paté de campaña acompañado de pepinillos y pan tostado. El ajo blanco se presenta como un refrescante plato intermedio, seguido por la carrillera con puré de batata, que promete sabores reconfortantes. Para culminar, la tarta de Samantha combina chocolate, helado de vainilla y avellana en un postre indulgente. Este menú especial se ofrece por 65 € e incluye pan artesano y agua mineral, asegurando una velada memorable en un ambiente encantador.