Sucesos
CATALUÑA

Un inmigrante africano hiere a dos mossos que intentaban detenerle por altercados violentos en Tarragona

Uno de los mossos sufre la rotura de un codo

  • Ángel Moya
  • Periodista en activo desde 1994, especializado en información de sucesos y actualidad. En OKDIARIO desde el año 2018, también colaboro en televisión y en radio.

Un inmigrante africano ha herido de cierta gravedad a dos Mossos d’Esquadra en Tarragona asestándoles golpes que les produjeron heridas en el rostro y rompiéndole un brazo a uno de los agentes que acudieron a detenerle porque estaba destrozando retrovisores de coches aparcados en las calles de Mora del Ebro.

Los hechos tuvieron lugar la tarde del pasado domingo 3 de diciembre en el centro de la población de Mora del Ebro, en Tarragona. Allí, los vecinos pidieron ayuda a los Mossos porque un inmigrante africano estaba generando disturbios en medio de la calle destrozando los retrovisores de los vehículos que había aparcados en la vía pública.

El sujeto, en vez de detener su actitud violenta, se abalanzó sobre los Mossos d’Esquadra que llegaron en primer lugar al escenario de los destrozos. El ciudadano africano, muy corpulento, no sólo se resistió a su detención por los delitos de daños, sino que reaccionó a golpes con los policías. Como resultado de la refriega que se prolongó durante largos minutos dos de los mossos resultaron heridos en esta localidad de Tarragona. Uno de ellos tiene golpes y cortes en la cara, y la segunda sufrió la rotura del codo.

Finalmente, gracias a la ayuda de los integrantes de una segunda patrulla que sí llevaba una pistola eléctrica tipo Táser, los mossos pudieron reducir al agresor. En el consiguiente registro, los policías le encontraron al detenido un cuchillo de grandes dimensiones escondido entre la ropa.

El detenido fue puesto a disposición del juzgado acusado de los delitos de daños, lesiones graves y atentado a la autoridad.

Desde el sindicato FEPOL, su portavoz Toni Castejón muestra todo su apoyo a los mossos heridos e insiste en la necesidad de una mayor distribución de dispositivos eléctricos de control a los cuerpos policiales ante la oleada creciente de agresiones que están sufriendo en los últimos años.