Por las personas, por el planeta

Coca-Cola redobla los esfuerzos para apoyar una reconstrucción sostenible con la lucha contra el cambio climático y el bienestar de las personas en el centro de su estrategia.

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Coca-Cola España @Coca-Cola

Va a ser difícil olvidar el 2020. Pocas veces en su historia se ha enfrentado la Humanidad a una situación tan desafiante en tiempos de paz. El coronavirus ha sacudido al mundo, un mundo que no estaba preparado para una emergencia de tal calibre, razón por la que ha causado una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes.

Pero, además, también nos ha recordado nuestra fragilidad como especie, que pertenecemos a algo mucho más grande: el planeta Tierra, cuya salud está indisolublemente ligada a la nuestra. En este sentido, uno de los pocos aspectos positivos de la pandemia es que ha quedado patente que ya no podemos posponer la lucha contra el cambio climático, sino que debemos actuar con premura y con determinación.

Es urgente que los compromisos adoptados por los líderes políticos en los foros internacionales, como por el ejemplo el Acuerdo de París, se conviertan en realidad y se aceleren los planes para alcanzar la neutralidad de carbono.

¿Por qué? Porque las medidas que tomemos hoy para la recuperación económica configurarán el mundo del futuro. Por ello, cada vez más voces instan a aprovechar esta oportunidad para transitar hacia una economía sostenible, ya que otras cuestiones frenar el cambio climático es clave para evitar nuevas pandemias. En este camino, ciudadanos, activistas y líderes políticos no están solos. Las empresas también están redoblando su apuesta por transformar el modelo económico actual.

Frenar el cambio climático es clave para evitar nuevas pandemias

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Es el caso de Coca-Cola, que se ha unido a iniciativas recientes como la Alianza Europea para una Recuperación Verde, promovida desde el Europarlamento para que las inversiones futuras cumplan los principios ecológicos, así como a Recover Better, impulsada por el Pacto Mundial de la ONU para que los gobiernos den prioridad a la acción climática; y Build Back Better, de la Fundación Ellen MacArthur en apoyo de la economía circular.

Una preocupación por el medio ambiente y el cambio climático que no es nueva en la compañía, pues Coca-Cola lleva años con la sostenibilidad en el centro de su modelo de negocio.

Sin ir más lejos, Coca-Cola presentó en 2017 su estrategia Avanzamos para Europa Occidental, una reestructuración de su estrategia de sostenibilidad en la que se marcó nuevos y ambiciosos objetivos para 2025. Se trata de una serie de metas muy concretas que giran en torno a seis ejes: ofrecer bebidas con un menor contenido en azúcar, utilizar envases más sostenibles, ser un agente de cambio positivo en la sociedad, hacer un uso eficiente del agua, reducir emisiones y trabajar con una cadena de suministro responsable.

Ambicioso programa para mitigar la huella de carbono de sus operaciones directas

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Así, por ejemplo, tiene en marcha un ambicioso programa para reducir las emisiones de carbono, principales responsables del calentamiento global. El objetivo para 2025 es reducir un 50% las emisiones en sus operaciones directas con respecto a 2010.

En esa misma línea, trabaja para que sus envases sean más sostenibles cada día, pues estos juegan un papel crucial a la hora de reducir la huella de carbono. Para lograrlo, introduce criterios de ecodiseño e impulsa la innovación para reducir el peso de sus envases, aumentar el uso de material reciclado y mejorar su reciclabilidad, además de buscar soluciones para luchar contra la basura marina en el marco de la economía circular. Sus metas para 2025 son recoger y reciclar el 100% de los envases que comercialice, que el 100% de sus envases sea reciclable y que el 50% del plástico que utilice sea reciclado.

Sin olvidar tampoco su compromiso global con la agricultura sostenible y un uso responsable del agua, que juegan un papel clave en el cambio climático: todas sus plantas cuentan con planes de protección de las fuentes de agua; devuelve cada año el agua que contienen sus bebidas a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico; y tiene como meta reducir un 20% el uso del agua en el proceso de fabricación con respecto a 2010. Además, se ha comprometido a que el 100% de sus principales ingredientes agrícolas sean de origen sostenible.

Por otro lado, el coronavirus está acelerando los cambios en los hábitos de vida de los consumidores, cada vez más preocupados por su bienestar. En este sentido, Coca-Cola apoya las recomendaciones de la OMS de limitar la ingesta diaria de azúcares añadidos para combatir la obesidad y promueve un consumo equilibrado e informado.

6 de cada 10 productos que vende son bajos en o sin calorías

Para ello, trabaja e innova para disminuir o eliminar el azúcar en su oferta de bebidas y, como resultado, seis de cada diez productos que vende son bajos en o sin calorías. Además, en los últimos tiempos ha multiplicado sus lanzamientos para ofrecer más opciones de bebidas, en envases más pequeños y con información nutricional clara y fácil de encontrar.

Estos compromisos forman parte intrínseca de la doble misión de Coca-Cola desde su nacimiento en 1886: cautivar a la gente con sus bebidas y marcar la diferencia en la vida de las personas, la sociedad y el planeta. Un propósito de inspirar e impulsar cambios positivos que quizás nunca haya cobrado tanto sentido como en estos momentos difíciles que estamos viviendo.

La capacidad humana para sobreponerse a las adversidades es infinita. Saldremos de esta crisis, como lo hicimos de otras en el pasado. Pero es indudable que no podemos seguir actuando de la misma manera.

La pandemia nos ha recordado tres cosas de vital importancia: que somos vulnerables, que nuestro bienestar está unido al del planeta y que juntos somos más fuertes. Por eso, más que nunca, es el momento de ser valientes. De, entre todos, trabajar por una recuperación verde.

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