Sociedad

El asesino confeso de Marta Calvo fue investigado por la muerte de una prostituta en abril

Qué fue de Pilar Torres, la mítica Bea de 'Verano azul': ha cambiado la TV por un hospital y así está ahora

Giro radical en la relación entre Shakira y Piqué que ha hecho saltar las alarmas: "Es muy disciplinado"

El autor confeso del asesinato de Marta Calvo, la joven desaparecida en Manuel (Valencia), ya había sido investigado por la Policía Nacional por la muerte de otra mujer el pasado mes de abril. El caso se cerró porque la autopsia reveló que el fallecimiento fue por causas naturales.

José Ignacio T.J., de nacionalidad colombiana y 38 años, fue el último cliente de una mujer que ejercía la prostitución antes de fallecer en abril, por eso la policía lo investigó. Con ella habría consumido cocaína y cuando se indispuso no la auxilió. Finalmente la mujer se fue al hospital y allí falleció.

Confiesa el crimen

Jorge Ignacio Palma se presentó hoy de madrugada en el cuartel de Carcaixent diciendo a los guardias que él era la persona a la que buscaban desde hacía 25 días. El cuartel está a menos de diez kilómetros de la vivienda que el sospechoso tenía alquilada a nombre de su madre en el pueblo de Manuel.

Durante su declaración, Jorge ha terminado contado que se deshizo del cadáver en varios contenedores tras descuartizar su cuerpo. De inmediato la Guardia Civil ha retomado la búsqueda de la joven desaparecida desde el pasado 7 noviembre.

De hecho, la policía judicial de la Guardia Civil ha ordenado la suspensión de la actividad de la planta de reciclaje de Guadassuar (Valencia) para investigar si el cadáver de la joven o restos del mismo pudieron haber llegado a estas instalaciones.

La investigación se centra en estos momentos en recuperar los restos mortales de la joven, después de que el sospechoso haya confesado que la descuartizó y arrojó las partes en varios contenedores.

«Si el contenedor ha salido de Manuel o Carcaixent debería haber llegado a este centro de valorización, donde se clasifican los restos. Cualquier pieza mayor de nueve centímetros se detecta, de modo que es prácticamente imposible que un resto humano se haya pasado por alto», han señalado responsables del complejo de valorización de residuos domésticos de Guadassuar.