La española que renunció a Miss Universo y acabó arruinada y con problemas de drogas

La protagonista de esta noticia os dejará con el corazón en un puño. Amparo Muñoz, nacida en Vélez-Málaga en 1954, jamás imaginó que su vida se transformaría por completo al participar en un concurso de belleza local. En 1973 su nombre comenzó a resonar cuando ganó el certamen de Miss Costa del Sol. Este triunfo la llevó a competir en Miss España, donde volvió a destacarse, venciendo incluso a una joven Norma Duval. Para Amparo, una chica que nunca había salido sola de su casa, aquello fue tan emocionante como aterrador. «Me temblaban las piernas. Era una niña», confesó años después.

El reconocimiento internacional no tardó en llegar. En 1974 Amparo Muñoz se convirtió en la primera (y hasta ahora única) española en ganar el título de Miss Universo. Este logro la colocó en el epicentro de los focos mediáticos a nivel global, una posición que, aunque deslumbrante, resultó ser una carga pesada para la joven malagueña.

El éxito en Miss Universo fue un sueño hecho realidad, pero la experiencia pronto se convirtió en una pesadilla. Amparo enfrentó una estricta agenda de viajes, compromisos y restricciones que la alejaron de su familia y amigos. La soledad, la presión constante y el desarraigo comenzaron a pasarle factura. «Dormía llorando en lugares lejanos, rodeada de desconocidos», recordó en sus memorias.

La organización de Miss Universo apenas le permitía contactar con su familia y la opulencia de los eventos chocaba con su sensibilidad. Amparo no podía ignorar la pobreza que veía en algunos países mientras ella vestía joyas y atuendos de lujo. «Era un insulto para toda aquella gente pobre que alargaba la mano. ¿Qué veían en mí?», reflexionó en una ocasión.

La decisión más importante de Amparo Muñoz

Tras meses de agotamiento y aprovechando unos días libres por Navidad, Amparo tomó una decisión drástica: renunció a la corona. De vuelta en Málaga, encontró el calor de su hogar y el cariño de su familia, lo que la llevó a priorizar su bienestar emocional por encima de su carrera como reina de belleza.

Tras dejar el mundo de los certámenes, decidió reinventarse como actriz. Su incursión en el cine fue rápida y prometedora, logrando protagonizar decenas de películas en poco tiempo. Su talento y belleza la convirtieron en una de las actrices más destacadas de su generación, ganando incluso varios reconocimientos por sus interpretaciones.

A pesar de su éxito profesional, su vida personal comenzó a complicarse. Problemas amorosos, conflictos familiares y una creciente presión mediática marcaron los años posteriores a su renuncia como Miss Universo.

Su lucha contra las adicciones

La vida de Amparo Muñoz dio un giro oscuro en la década de 1980, cuando su nombre comenzó a aparecer en titulares por motivos muy distintos a su carrera profesional. En 1987 fue detenida durante una redada antidroga en Barcelona, acusada de intentar adquirir pequeñas cantidades de heroína. Aunque siempre negó haber comprado drogas y la cantidad no superaba los límites legales para consumo personal, el escándalo dañó irremediablemente su imagen.

Su relación con las drogas, según se supo más tarde, comenzó durante su noviazgo con el chileno Flavio Labarca, quien admitió públicamente haberla introducido en el consumo de heroína. La actriz, que hasta entonces había rechazado las drogas duras, cayó en un círculo vicioso que coincidió con un período de cambios y excesos en España durante la transición democrática.

Tampoco tuvo suerte en el amor. A pesar de haber tenido varias relaciones importantes, ninguna prosperó. Su matrimonio con el cantante Patxi Andión terminó abruptamente, y más tarde describiría su convivencia como opresiva. «Era un dictador en casa», relató en sus memorias, revelando las tensiones de su vida personal.

El peor momento de la modelo

En 1990 un diario español publicó una noticia falsa que aseguraba que Amparo estaba «al borde de la muerte» y que había sido diagnosticada con sida. La actriz, sorprendida por la publicación, se sometió a pruebas médicas para desmentir las acusaciones, pero el daño ya estaba hecho. «Una noticia así destroza vidas», diría Rosa Villacastín, la periodista que firmó el artículo, años después.

Aunque logró demostrar que la información era falsa, el escándalo agravó su ya deteriorada relación con los medios y dificultó su retorno a la industria cinematográfica.

En sus últimos años, Amparo Muñoz ha vivido alejada del foco mediático, enfrentando problemas de salud derivados de una malformación en el cerebelo que le fue diagnosticada. A pesar de los intentos por recuperar su carrera y reconstruir su vida, su salud fue debilitándose progresivamente.
El 27 de febrero de 2011 Amparo Muñoz falleció en su domicilio en Málaga a los 56 años. Su muerte marcó el final de una vida llena de luces y sombras, desde el deslumbrante éxito como Miss Universo hasta los oscuros episodios de adicciones y escándalos.

Amparo Muñoz sigue siendo recordada como la única española que logró conquistar la corona de Miss Universo, pero también como una figura trágica marcada por las dificultades de una vida vivida bajo la constante mirada del público. Su historia es un reflejo de los peligros de la fama y de cómo los momentos de gloria pueden verse eclipsados por las luchas internas.