Si duermes mal, envejeces más rápido: lo afirma una neuroepidemióloga y lo demuestra un estudio científico

Hay expertos que no le dan importancia a dormir ocho horas, pero lo que está claro es que una falta de calidad de sueño afecta directamente a nuestra concentración y a nuestro humor. Es importante cómo duermes.

Ahora un estudio publicado en The Lancet eBioMedicine y liderado por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia ha ido un paso más allá. Según ellos, cómo duermes afecta directamente al ritmo de envejecimiento de tu cerebro.

Para llegar a esa conclusión se han basado en datos de más de 27.000 adultos británicos, y revela que quienes descansan peor tienen cerebros que parecen casi un año más viejos de lo que indica su edad real.

La ciencia aclara que cómo duermes afecta a tu envejecimiento cerebral

Aunque desde hace años se sabe que la falta de sueño está vinculada a la demencia, no estaba claro si los malos hábitos nocturnos eran una causa o una consecuencia de la enfermedad.

Con este nuevo trabajo ya no hay lugar para la duda. El sueño de mala calidad puede provocar un envejecimiento cerebral acelerado.

El trabajo se basó en el análisis del descanso de  27.500 personas de mediana edad y mayores, con una media de 54,7 años, inscritas en el Biobanco del Reino Unido.

Nueve años después, realizaron resonancias magnéticas cerebrales y aplicaron modelos de inteligencia artificial para calcular la edad biológica del cerebro.

La calidad del sueño se midió mediante cinco factores: cronotipo (si la persona es más activa por la mañana o por la noche), duración del sueño, insomnio, ronquidos y somnolencia diurna.

Con estos datos, se establecieron tres perfiles: sueño saludable, intermedio y deficiente. Los resultados fueron claros: por cada punto de pérdida en la calidad del sueño, la edad cerebral aumentaba medio año. En los casos más graves, el cerebro parecía un año más viejo que la edad cronológica.

Como explicó Abigail Dove, neuroepidemióloga del Instituto Karolinska en Suecia, los resultados fueron bastante claros: «Hay evidencia de que la falta de sueño puede acelerar el envejecimiento cerebral, y una de las formas en que esto sucede es a través de la inflamación».

Los factores que más influyen en la calidad del sueño

El estudio demostró que un estilo de vida nocturno, dormir menos o más de siete u ocho horas y los ronquidos están estrechamente relacionados con un mayor envejecimiento cerebral.

Además, los distintos factores del sueño interactúan entre sí. Por ejemplo, el insomnio puede causar somnolencia excesiva durante el día, y los horarios tardíos reducen el tiempo total de descanso.

De hecho, los investigadores han avisado de que incluso diferencias pequeñas en la calidad del sueño pueden acumularse con el tiempo y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, demencia o enfermedades neurológicas.

Según el análisis, los hombres mostraron una mayor vulnerabilidad a estos efectos que las mujeres, aunque no se observaron diferencias relevantes por edad ni por predisposición genética al Alzheimer.

El vínculo oculto entre dormir mal y envejecer antes

Una de las claves del estudio es la inflamación. El equipo midió biomarcadores como la proteína C reactiva y el recuento de glóbulos blancos para evaluar la inflamación sistémica leve.

Lo llamativo es que detectaron que quienes dormían peor presentaban niveles más altos de inflamación, y esta podía explicar hasta un 10% de la relación entre los malos patrones de sueño y el envejecimiento cerebral.

La inflamación crónica afecta al cerebro al dañar los vasos sanguíneos, favorecer la acumulación de proteínas tóxicas y acelerar la muerte celular. A esto se suma el deterioro del sistema glinfático (encargado de limpiar los desechos del cerebro durante el sueño).

Por todo ello, los especialistas han recomendado que mejores los hábitos de sueño, para cuidar el cerebro. Prescindir de la tecnología horas antes de dormir, una buena infusión o hacer deporte son fundamentales.