Mónica García trata de desactivar otra huelga médica con un maratón de 5 reuniones sindicales en un mes
Lejos de abrir un verdadero proceso de escucha, las reuniones convocadas parecen ir más orientadas a calmar tensiones


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Apenas una semana después de que los sindicatos médicos publicaran un nuevo manifiesto con sus demandas —y convocaran una huelga que refleja el creciente malestar en la sanidad pública—, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado una intensa ronda de reuniones con los principales representantes sindicales: cinco encuentros en solo treinta días: mañana miércoles y los días 2, 15, 22 y 29 de julio. Un movimiento que muchos dentro del sector interpretan como una maniobra de último minuto, más simbólica que resolutiva, para frenar lo que ya parece una nueva oleada de protestas generalizadas.
La huelga convocada por varias organizaciones médicas, celebrada la semana pasada, no sólo puso sobre la mesa reivindicaciones largamente postergadas —como la mejora de las condiciones laborales, la reducción de las cargas asistenciales y la estabilidad profesional—, sino que también evidenció el progresivo distanciamiento entre el Ministerio de Sanidad y la comunidad sanitaria. El documento publicado por los sindicatos fue ignorado públicamente por la ministra, lo que ha avivado aún más el enfado de médicos y personal sanitario.
A esta desconexión se suma el desastre de la reforma laboral específica para el sector sanitario, prometida y celebrada en su día como una solución histórica a la precariedad estructural del sistema. En la práctica, esta reforma ha terminado por generar más incertidumbre que estabilidad. Los contratos temporales continúan siendo la norma en muchos centros, los concursos de méritos se han convertido en un laberinto administrativo, y la movilidad profesional sigue siendo escasa.
Lejos de abrir un verdadero proceso de escucha, las reuniones convocadas por Mónica García parecen ir más orientadas a calmar tensiones que a atender el fondo del conflicto. De hecho, muchas asociaciones profesionales ni siquiera han sido invitadas a estas rondas, lo que deja fuera a una parte sustancial de la comunidad sanitaria.
«La ministra va por libre», señala una portavoz de un sindicato médico mayoritario. «Habla de diálogo mientras ignora las propuestas concretas que llevamos meses trabajando. ¿Cinco reuniones? No es una cuestión de cantidad, sino de voluntad política real», señalan.
En definitiva, el maratón de reuniones anunciado por Mónica García llega tarde, mal y con escasa credibilidad entre quienes más necesitan ser escuchados, aunque dejan la puerta entreabierta. La huelga de la semana pasada podría no ser más que el principio de una respuesta mucho más amplia, que ni cinco reuniones ni discursos conciliadores lograrán detener si no van acompañados de hechos concretos.
Peticiones sindicales a Mónica García
En este sentido, los sindicatos confederados han señalado que son necesarias una serie de mejoras, como un sistema de jubilación voluntaria y flexible entre los 60 y 70 años y una jubilación parcial para el personal estatutario, que la Medicina sea considerada como profesión de riesgo o que se elimine el sistema de incompatibilidades que recoge el borrador, tanto para Jefes de Sección y Servicio como para los especialistas en los 5 años siguientes a terminar el MIR.
El colectivo no se puede permitir que se empeoren aún más sus condiciones laborales, especialmente en cuanto a jornada, ya que mientras desde el Gobierno central se está trabajando activamente por reducirla para todos los trabajadores a 37,5 horas semanales, los médicos ven cómo se les impone una jornada máxima de 48 horas semanales. Los sindicatos han recordado que lo que se exige es «una jornada laboral con las mismas características que las de cualquier trabajador», que se elimine la obligatoriedad de «la jornada complementaria o jornada de guardia», que se limiten las horas de trabajo continuado y se regulen las guardias localizadas; que el descanso tras la guardia sea obligatorio y computar como tiempo trabajado, y que el tiempo de guardia compute para la jubilación. Exigir, en definitiva, que se cumpla la legislación europea sobre jornada y salud laboral.