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Los menús más creativos y sanos para este verano si estás embarazada

Con el consumo fuera de casa, es preciso vigilar el estado de conservación de los alimentos, para sortear infecciones de riesgo

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La alimentación durante el embarazo está sujeta a las necesidades de la madre y el niño, con el fin de que no se atraviese por ningún estado carencial que perjudique a uno u a otro. Además, y según cada caso, serán necesario la limitación del consumo de algunos tipos de alimentos —los de alto contenido glucémico y/o los que contengan grasa mala—, además del aporte extra de aquellos ricos en ácido fólico, hierro y otras sustancias.

La vigilancia de estas observaciones puede asociarse con una dieta aburrida y sosa, pero nada más lejos de la realidad, si hacemos caso a las propuestas de los especialistas. Con pocos ingredientes, pero con mucho color y sabor, el equipo de nutrición de Clínicas EVA han elaborado distintos menús especiales para comer y disfrutar durante el embarazo en verano.

Hummus de remolacha, salmón al papillote con trigueros y fruta de temporada y un plato con verduras

El primero, que comienza con el aperitivo, más consumido en esta época del año, al disponerse de más tiempo libre, se basa en las legumbres, la verdura y la proteína del pescado. Para abrir boca, se puede preparar o comprar hummus, muy de moda gracias a las recetas de redes sociales. La base de este plato es el garbanzo, un alimento de lo más completo y que destaca por sus niveles de vitamina K, potasio, hierro y ácido fólico, todos ellos vitales durante la gestación.

Este hummus, que puede ser el clásico de garbanzo con especias, también se elabora de pimiento rojo, de aguacate o de remolacha. Este último, claro, tiene más azúcar, pero es natural y, muy importante, destacan los nutricionistas: tiene un gran nivel de calcio, sustancia necesaria para la formación de huesos del bebé y que éste obtiene de las reservas de la madre. También hay que valorar sus buenos niveles de hierro, teniendo en cuenta que la anemia es otro de los problemas recurrentes en el embarazo.

Al hummus le sigue, como primer plato, una ensalada de quinoa integral, con queso de cabra, verduras y bacalao. Este plato es redondo, en lo que a la alimentación de la embarazada se refiere, pues lleva la proteína del pescado, las vitaminas y fibra de la verdura, la energía de absorción lenta de la quinoa y el calcio del queso. Puede ser, incluso, plato único en los días de más calor y en los que baja el apetito.

De segundo, el salmón, cómo no, es el protagonista. Y es que este producto se consolida como uno de los más sanos de la dieta mediterránea y también de los más versátiles a la hora de sentarse en la mesa. La propuesta aquí es consumirlo en papillote, esto es, al horno cubierto con papel especial para este electrodoméstico o incluso de papel aluminio (menos recomendado), con aceite, especias y verduras. Los espárragos trigueros son los seleccionados, un complemento ideal para limitar las dificultades de la embarazada a la hora de ir al baño, y que, según explican desde EVA, se deben al incremento de la progesterona, una hormona que actúa engrosando las paredes del útero para la recepción del bebé.

De postre, fruta. Más fibra, más sabor y más frescor, si las eliges de temporada.

Boniato asado con crema agria y granada, pollo al limón y yogur
Un plato con comida

Este segundo menú incluye como snack el dip de queso y nueces. Al calcio le sumamos aquí el Omega 3 del fruto seco, con sus propiedades antioxidantes y beneficiosas para la salud cardiovascular de la embarazada y también para su pelo y su piel.

Como primero, el boniato asado con crema agria. Este tubérculo es más dulce que la patata, por lo que su combinación con lo agrio resulta óptima. El plato destaca también por ambas texturas y por su capacidad saciante. No nos olvidemos de la granada, producto de temporada rico en potasio.

Le sigue el pollo al limón, que incluye la proteína necesaria de la carne blanca, con la presencia de la tiamina, encargada de la transformación del alimento en energía para el organismo. La embarazada necesita, máxime con las temperaturas veraniegas y los cambios de presión propios de los viajes, esa fuente energizante. Importantes también sus valores de vitamina B6, que regula el nivel de glucosa en sangre. El toque ácido de limón ayuda a quienes no son muy amantes de esta carne, a la que también se puede apoyar con especias que fomenten su sabor.

El yogur es el postre recomendado. Refresca, nutre y ayuda a mover el intestino. Bajo en azúcar, mucho mejor.

Desde Clínicas Eva recuerdan, por último, la importancia de la alimentación balanceada durante los meses de embarazo, pero también los valores de un plan alimenticio que permitan a la gestante comer mejor, huyendo del aburrimiento. Eso sí, recordando que durante la temporada estival, y con el consumo fuera de casa, es preciso vigilar el estado de conservación de los alimentos, así como la higiene precisa para sortear infecciones de riesgo en el embarazo como la toxoplasmosis. La recomendación: advertir en hoteles, restaurantes y otros lugares donde se come o cena que está embarazada para evitar estos problemas.