Opinión

Vicente Gil: «Sánchez y Begoña Gómez, ¡Acorralados!»

La familia de Pedro Sánchez empieza a ser, más bien, la famiglia Sánchez. Cada vez más acorralados por la justicia. Hoy publicamos en OKDIARIO, en exclusiva de Irene Tabera, el vídeo de la declaración de Sánchez ante el juez Peinado. Los gritos de Sánchez llegan a Ferraz y Moncloa desde Nueva York.

Permítanme soñar con esta escena. Tres de la madrugada en España. Irene Tabera pública el vídeo. En OKDIARIO, ya ven, no dormimos. Son las nueve de la noche en Nueva York. Los nuevos pelotas de su Gabinete (sociólogos, académicos, teóricos…) lo ven y echan a suertes a ver quién es el guapo que se lo cuenta al jefe conociendo sus ataques de ira cada vez que algo le contraría (lanzamiento de móviles, patadas a objetos…). En el nuevo gabinete de Sánchez debieron de pensar que Francesc Vallés, el secretario de Estado de Comunicación, que por ahora se ha librado de la purga, debía de ser el agraciado por veteranía: «Vamos valiente».

Imagino a Sánchez, superado el trago del primer momento, en la soledad de su habitación en Manhattan, pinchando una y otra vez un pseudomedio como OKDIARIO. Sabemos que lo hace a menudo, como cuando decidió dedicarle la estación de Atocha a Almudena Grandes tras nuestra entrevista con Almeida y el consiguiente escándalo que montó la izquierda por hablar claro sobre la escritora. Almudena Grandes le debe a OKDIARIO la estación de tren.

Escuchando a Sinatra, con Nueva York a sus pies, Sánchez acude a OKDIARIO para ver su vídeo ante el juez. Con lo «bueno» que está (según ese diputado socialista madrileño enamorado del presidente tras pasar por su Gabiente), al Narciso monclovita le debió de jorobar, también, que, con la calidad de la imagen, no se distinguiera su belleza en todo su esplendor. Sí se distinguía su ira contenida y que Sánchez removía el culo en la silla, expresión noticiosa, sin duda, de tan histórico momento. Primer presidente en ejercicio ante un juez con su mujer multi-imputada.

Ayer nos preguntábamos en La Antorcha si Sánchez había batido un récord ante el juez Peinado: mentir en apenas un minuto y medio cuando dijo no tener «relación» ni «amistad» con Carlos Barrabés. Sorprendente olvido del presidente cuando han esquiado juntos en Benasque, se han visto a solas en Moncloa y él ha promocionado públicamente al empresario aragonés amigo, también, de Begoña Gómez.

¿Se deducirá testimonio de ese microsegundo en el que Sánchez dice «No» a la pregunta del juez para determinar si tiene relevancia penal? Como testigo, ya se lo contábamos ayer, Sánchez tenía la obligación de decir verdad. El falso testimonio está penado con, incluso, dos años de prisión.

Hoy, mientras, la Audiencia Provincial de Madrid ha autorizado al juez Peinado a investigar también a Begoña Gómez por apropiación indebida del software de la Complutense. Ya saben. Se lo hicieron por el morro tres importantes empresas tecnológicas a las que Begoña Gómez fue a pedirles expresamente este ‘gratis total’. La recibieron sus máximos directivos y accedieron a semejante y costoso favor, por supuesto, por ser la esposa del presidente del Gobierno. Después vino lo mejor. Para comercializarlo, Begoña Gómez lo registró a su nombre. Eso sí, cargó a la Complutense los gastos de desarrollo y mantenimiento del software. En mi pueblo esto es tener una cara muy dura.

Lo más relevante. La Audiencia de Madrid autoriza al juez Peinado a ampliar la investigación de la mujer de Sánchez al delito de apropiación porque -dice- ve conexión con el resto de las investigaciones en curso. Esto podría estar adelantando lo más importante y peor escenario para Sánchez y su mujer: que la misma Audiencia, el día 30, resuelva permitir a Peinado continuar con su instrucción total o parcialmente.

Begoña Gómez ya está imputada por corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Sólo la apropiación indebida puede estar penada, incluso, con tres años de cárcel.

David Sánchez, el hermano de Sánchez, gana a su cuñada. Está ya imputado por cinco delitos. A saber: prevaricación; malversación; tráfico de influencias; delito contra la Hacienda Pública y delito contra la Administración Pública. ¿Van tomando buena nota de todo? ¿Van sumando delitos y, en su caso, años de cárcel?

Sánchez sigue hoy en Nueva York, en la ONU, resolviendo los problemas del mundo mundial mientras trata de matar aquí los suyos, los casos de corrupción que rodean a su familia y a su gobierno, dando golpes al aire como un loco. No hay nada como un chute de viaje exterior en vena para huir de la realidad. Lo hacen todos los mandatarios en apuros.

Como lo de matar al mensajero. Si hoy sabemos lo que vamos sabiendo del Zar Pedro, de su Zarina Begoña, de sus Rasputines Koldo y Ábalos y del resto de la banda del sanchismo es gracias a la prensa libre como OKDIARIO.

Y es gracias, también, a los denunciantes ante la justicia. Vox está entre ellos. Es de justicia decir que la formación de Santiago Abascal lo pelea todo, esa es la verdad, y en todos los terrenos (la calle, el parlamento, la prensa o los juzgados) para hacer frente a un autócrata enfermizo con más poderes dictatoriales que nunca.

Porque Sánchez no caerá a base de frases ingeniosas, extrema moderación, vídeos casi infantiles en las redes de algún dirigente y playas artificiales. Aznar pudo, después de muchos años, acabar con Felipe González (¡váyase señor González!) porque tenía un equipo brillante de bulldozers detrás que no daban tregua al felipismo enseñando los colmillos cada día.

O dicho de otra forma. Con la que está cayendo en este país, el PP da la sensación de estar a por uvas hablando estos días de la conciliación familiar (no sabemos si de Pedro y Begoña) o de la jornada laboral de cuatro días, no sabemos si tratando de ganarse ahora, también, el voto de Errejón y Mónica García, promotores de semejante idea en esta España con la productividad por los suelos.

Sánchez intenta parar el tsunami que se le viene encima poniendo las dos manos. Podrá resistir en Moncloa año y medio con su alianza siniestra de golpistas, bolivarianos y ex terroristas. Tiene la desvergüenza suficiente para compensar la falta de apoyos parlamentarios y tiene el dinero de los fondos europeos para seguir dopando la economía y comprando votos. Von der Leyen, que parece socialista, aparte de enamorada, no se los va a cortar.

El tiempo es siempre el mejor juez y Sánchez caerá. No lo duden. Pero hay que ayudarle y currárselo. Y no sentarse, como hizo Rajoy con Zapatero, a ver pasar su cadáver por Génova, 13. Lo de Zapatero estaba cantado por la crisis. Con Sánchez no va a ser tan fácil y él va a morir matando.

Fe y trabajo. El tiempo, el gran juez, pondrá a todos en su sitio por imbatibles que parezcan. A Pedro Sánchez, a su gobierno corrupto, a su partido borrego de clack norcoreana y, por supuesto, a su famiglia.