Puntualizaciones necesarias sobre el Rey emérito e Iñaki Urdangarin
Desde pocos días después de que el Rey Juan Carlos emprendiera su salida temporal de España, en agosto de 2020, se viene afirmando por parte de determinados periodistas y medios de comunicación que una de las razones por las que el monarca emérito eligió la capital de Emiratos Árabes Unidos como lugar de residencia es que no existe convenio de extradición entre el Reino de España y este país del Golfo Pérsico.
Sin embargo, esa información es falsa ya que desde el 14 de noviembre de 2010 está vigente un convenio de extradición entre el Reino de España y los Emiratos Árabes Unidos, según recogió el Boletín Oficial del Estado del 26 de octubre de ese mismo año, tras la autorización de las Cortes Generales y la firma del entonces Jefe del Estado español, el Rey Juan Carlos, el 27 de agosto de 2010. El ministro de Asuntos Exteriores que encabeza el documento que recoge el convenio aprobado es Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé aunque el documento fue firmado un año antes por el entonces titular de Justicia español, Francisco Caamaño, y su homólogo emiratí, Haded Bin Jouan Al Dhaheri. En el encabezamiento del tratado de extradición entre España y Emiratos Árabes Unidos se explica que la finalidad del acuerdo es “hacer más eficaz la cooperación entre los dos países en la lucha contra la delincuencia”.
Es aconsejable, según todo lo explicado en las líneas anteriores, que los que siguen afirmando que el Rey Juan Carlos eligió Abu Dabi para eludir la acción de la justicia, en caso de que se requiera su presencia en España, rectifiquen sus erróneas afirmaciones sobre las presuntas aviesas intenciones del Rey emérito de eludir su posible responsabilidad judicial. Y de la misma manera que algunos periodistas tratamos de comprobar si existe o no existe un convenio de extradición entre nuestro país y Emiratos, de forma tan sencilla como buscar en Internet con un par de clicks, los que están empeñados en cargar al anterior Rey de más culpas que las que ya tiene deberían comprobar la verdad antes de seguir repitiendo una mentira. El riesgo es que aunque la falsedad no se convierta en auténtica por mucho que se repita, sí están induciendo a creer lo que es mentira a mucha gente.
Otro asunto que merece una reflexión meditada es la aprobación finalmente de la aplicación del tercer grado penitenciario a Iñaki Urdangarin, que supone un régimen de semilibertad para el marido de la infanta Cristina. Lo acaba de decidir un juez de Vigilancia Penitenciaria, Florencio de Marcos, frente al criterio de Instituciones Penitenciarias, partidaria de mantener al cuñado del actual Rey en segundo grado tan sólo. El argumento del magistrado para ampliar los beneficios penitenciario a Urdangarin es que “la aplicación de la ley debe ser igual para todos a falta de una justificación fundada y razonable; en definitiva, tratar igual a los iguales, a quienes estén en similares circunstancias.” De Marco recalca que otros presos por la misma causa disfrutan desde hace tiempo de la semilibertad y el tercer grado desde septiembre. Es el caso de Diego Torres, socio de Iñaki Urdangarin, que disfruta de esos beneficios desde el pasado mes de septiembre.
Por tanto, es de justicia que Urdangarin haya abandonado la cárcel de Brieva, se haya trasladado al Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares, sólo tenga que dormir allí de lunes a jueves y pueda tener los fines de semana libres para estar con su familia.
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