Partido Popular: el pájaro tiene un precio
Lo dijo su abogado. Él mismo lo declaró al comienzo de la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados. Luis Bárcenas iba a agarrarse a ese clavo ardiendo que es el derecho a no declarar. Pero su palabra se desvaneció tan pronto como no pudo evitar ponerse estupendo y contestar a ciertas preguntas que, por la razón que sea, consiguieron obtener los exabruptos y chulerías el extesorero del Partido Popular. Lo cierto es que decir, lo que puede considerarse decir, no dijo mucho. Aunque a veces basta con muy poco para poder entrever lo suficiente. Ayer, según lo que Bárcenas relató, pudo entenderse que algo había cambiado de aquellas declaraciones suyas al inicio de todo este gran escándalo que ha pasado a ser la contabilidad del Partido Popular.
Si al principio de toda esta novela Mariano Rajoy se veía salpicado en no pocas ocasiones, ayer la intensidad del alcance del ventilador había descendido notablemente. Ni Rajoy ni Aznar estaban ya entre los elegidos de Luis. Eso sí, dejó entender que quizás, en la de Lapuerta, sí. Mientras tanto, Rajoy sigue agazapado y mirando de perfil. Aznar, por su parte, poniendo palos a Mariano y abrazando con cariño a Ciudadanos. Todo un sinsentido para un grupo de personas que ha formado parte —y alguno sigue en ello— del Gobierno de España. Puesto que, si bien Bárcenas dice ahora que él nunca entregó ningún sobre con dinero negro al actual presidente de Gobierno, sí que ha confirmado que Rajoy sabía de la existencia de una caja extracontable, al margen de la ordinaria. Sabía, por lo tanto, del cobro de comisiones por parte de potentes empresarios que tenían especial interés en obtener la licitación de grandes obras. Y según parece, lo consiguieron.
Que nuestro presidente de Gobierno supiera de la existencia de una contabilidad paralela —siempre según Bárcenas— significa lo tremendamente débil que es nuestra democracia. Y, sobre todo, al escuchar al miembro del Partido Popular en la comisión de investigación daba cuenta de que estas personas viven en mundos totalmente lejanos del nuestro. Cuando digo «del nuestro» entiendo por ello que la gran mayoría de este país no suele dedicarse a realizar los atropellos contra el sistema que, presuntamente, sí realizan los máximos responsables. El cambio de actitud de Luis Bárcenas respecto a Rajoy y a Aznar bien podría hacernos sospechar que algo ha sucedido en este tiempo. Que Luis ha sido fuerte y que ahora anda buscando su recompensa. Pero seguramente esto sea un error de interpretación y simplemente ayer, Luis tenía ganas de broma, ¿no les parece?
Opiniones aparte, no merece duda el hecho de que Luis Bárcenas, quien ha reconocido realizar operaciones paralelas a las oficiales en su partido, se siente lo suficientemente impune como para hacer o decir lo que le da la gana. Por algo estuvo cobrando unos 20.000 euros al mes —cuando aún estaba en el PP—, y ahora reconoce entre risas socarronas que no tiene duda de que esa cantidad las ha venido cobrando por su valía. Al final, la comisión de investigación solamente ha servido para hacer promoción indirecta de Taburete, la banda musical del hijo de Bárcena. Ríase usted si quiere, pero tenga presente que en los conciertos de estos músicos —que cada día tienen más éxito—, se vitorea la inocencia de Luis. Ver para creer.
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