No son cómplices, son los bandoleros de Sánchez
Todos los partidos, o cosa así, que permiten que Sánchez siga robando La Moncloa lo han dejado claro: bla, bla, bla contra la corrupción generalizada, reseeteo de la legislatura y pírricas medidas del PSOE que garanticen su permanencia en el poder. O sea, como diría un castizo: una coña marinera.
El lunes, estos engendros de izquierda, Sumar o Podemos, salieron a la palestra para advertir que no van a hacer nada, sino todo lo contrario, para que el capo de la mafia entregue el poder. Ellos le critican artificiosamente, por ejemplo, con esa jeta de progresista pijo que tiene Urtasun, pero llegado el momento de la respuesta, ellos, como el legendario cómico, sentencian: «Yo sigo».
Y además, lo explican: se trata de que nunca más la derecha vuelva al poder. Aunque sea democráticamente. No lo confiesan pero, sin duda, llegado el caso de la gran manipulación, mirarían a otro lado: si Sánchez hiciera trampa en las elecciones, como ya ha hecho, la cosa se tomaría como pecadillos de segunda división, por tanto, todos a continuar comiéndose el melón.
Las condenas que están pregonando en estas fechas los partidos, o cosa así, de la izquierda y las excusas de los facciosos independentistas encierran una mentira clamorosa. No les importa la regeneración de la que tanto presumen; sólo quieren permanecer en el machito, porque las sinecuras son muchas y fuera hace un frío espantoso.
Por todo esto, por su clamoroso cinismo, dejémonos de gaitas: no son simplemente cómplices, son colaboradores necesarios de la corrupción del golfo Sánchez, es decir, son ya compinches, tan bandoleros como él.
Diría con toda certeza que toleran, aplauden y se valen de ese brote psicópata que es la característica del abyecto personaje del que hablamos. El brote es como la paella: en la Valencia profunda se comparte, todos comen de la misma cazoleta; aquí, para el caso, esos trastornos de personalidad que explican todas las decisiones de Sánchez son conscientemente compartidas. Por eso, cuando individuos/as como Urtasun o Montero avisan de que no tienen la menor intención de abandonar al forajido socialista se hacen partícipes y responsables de sus propias maldades.
Hay que ver con qué desparpajo, propio de un lazarillo de germanías, recita el tal Urtasun sugerencias para el PSOE y amenazas para el PP: «Contigo, ni a recoger una herencia», dice. Claro que dicen bien, no vaya a ser que en uno de estos recorridos sean acompañados por el cuarteto de la mugre (Sánchez, Ábalos, Cerdán o Koldo) y el cuarteto se quede con la herencia, algo parecido a lo que ha hecho con los diezmos y primicias que han exigido a las constructoras.
Toda la regeneración democrática que ofrece Sánchez son cuatro militantes desconocidos/as, una presidenta, la señora Narbona, que es madrina política de la pilla Leire Díez, y la expulsión de un militante de toda la vida, Ábalos, que amamantó las ambiciones presidenciales de su jefe, Sánchez. Esto es todo y… ¡ah! sí, la entrega por parte del milagrero (es de Milagro) Cerdán de su carné rojo de toda la vida, el mismo que le ha permitido edificarse una vejez confortable.
Con eso ya se conforma la ralea que está sosteniendo a Sánchez. Son tan desvergonzados que ni siquiera se molestan en justificar su apoyo político al aún presidente; no, con una indecencia descomunal dicen unos, los separatistas: «Nosotros (Turull) no estamos para hacer amigos en Madrid, estamos para conseguir nuestros intereses». Los otros, los zurdos de la basura ideológica, tampoco son más finos: «Con tal que no gobiernen el PP y Vox, nos apuntamos a cualquier cosa». Literalmente.
Y a todo esto, un aviso al que hay que aplicar el viejo y muy reputado dicho hispano: quien hace un cesto, hace ciento. Quien intentó engañar a sus compañeros de partido, con dos votos, quien ha llenado de dudas los comicios de varias localidades andaluzas, no sólo no puede presumir de limpieza, sino que se le compara ya con Romero Robledo, aquel agente electoral que le robaba las papeletas a los paletos más conspicuos.
Ahora, Sánchez comparece en un ejercicio de hipocresía sin antecedente posible, como un adalid de la pureza democrática y con un mensaje -más bien una orden- que dictó el martes a su compungida (igual que él) Ejecutiva: todo residenciado en la Secretaría de Organización, los demás, ausentes de polvo y paja. Como si ni hubiera sucedido nada, como si los órganos de Gobierno del PSOE no se hubieran enterado de nada, como sucedió con él mismo. Una desfachatez.
Para este sujeto la realidad no existe, existe su relato, el que surge de sus brotes psicóticos que ya en él no son episódicos sino persistentes. Se comporta de acuerdo a los patrones que definen los comportamientos de este tipo de elementos: la mejor defensa, un buen ataque, ni siquiera eso, sí una confrontación a primera sangre con el rival. Le da igual el precio que deba pagar para continuar en la Presidencia; es la cesión brutal a todos todos los chantajes que le planteen sus socios, sean cuales fueran estos impuestos revolucionarios que, con toda certeza, le van a presentar sus oponentes.
Este hombre enaltecido ya está fuera de cualquier parámetro de talla moral que pueda establecerse. Está en manos de unos desaprensivos que quieren terminar con España. La corrupción del trío de la gasolina es una broma al lado de ésta: la disolución de toda una Patria a la que tienen a tiro todos los conmilitones, los que se comportan no cómo cómplices, sino como bandidos de la extorsión. De la misma categoría que el Tito Berni, Koldo, Ábalos, Santos Cerdán o el zangolotino Víctor de Aldama que, ya se puede anunciar, nos va a dar grandes tardes. Y no de gloria, precisamente.
Lo último en Opinión
Últimas noticias
-
Ni se te ocurra poner este objeto en casa así: atrae las desgracias y provoca insomnio, según el Feng Shui
-
No hace falta trabajar: la Seguridad Social va a regalar años de cotización a las personas que cumplan estos requisitos
-
Ni 1.000 euros ni 5.000: ésta es la cantidad máxima de dinero que puedes llevar encima en España
-
Ni zumos ni horchata: la mejor bebida para que los mayores de 65 años combatan la sed y el calor este verano
-
Cuándo empieza el Orgullo Gay 2025 en Madrid: cuánto dura y fechas más importantes