Opinión

Hombres de Honor

El discurso del Rey ha sido un punto de inflexión en la esquizofrenia separatista escenificada de facto en el referéndum ilegal del 1 de octubre. Frente a un golpe de Estado no puede extrañar a nadie que el Estado —con su Jefe a la cabeza— se defienda. Unidad, legalidad y permanencia han sido las claves. Pero por encima de todo, la lealtad. Los españoles no están solos.

Tampoco lo están quienes se la juegan por ellos —para cuidarlos y protegerlos frente al triunfo de la tiranía— policías y guardias civiles en Cataluña. Profesionales acosados por la turba secesionista experta en técnicas de provocación. Hombres de honor insultados en comisarías, cuarteles y hoteles —como el de Pineda—. Padres de esos niños que en sus institutos son señalados por ser hijos de los guardianes del Estado de Derecho con lealtad a España. Por eso los españoles más que nunca les demuestran sin miedo su agradecimiento.