Opinión

Ferrovial se hace un rubius

Cuentan que allá por el siglo XIII, cuando nos dio por perseguir a los judíos en España, el Rey Fernando III el Santo, pensando en su hacienda a la que tanto contribuían aquellos, otorgó una carta-encomienda, prohibiendo su apresamiento en Villadiego y castigando a quienes les dañasen. Así, aquella ciudad se convirtió en su refugio. Y los judíos ‘tomaban las de Villadiego’, huían a aquel lugar en cuanto veían que se les ponía la cosa fea en otros sitios.

A Pedro Sánchez, como a aquel rey, también le interesa que judíos y no judíos nos rasquemos el bolsillo para llenar las arcas del Estado, pero, en lugar de proteger a los que más las llenan, como hacía Fernando III, nuestro Sánchez se dedica a hacer bullying a los ricos hasta que, como Ferrovial, toman las de Villadiego o, en versión moderna, se hacen un rubius, por aquel youtuber que, harto de que Montero se quedase más de la mitad de lo que ganaba, decidió irse a vivir a las montañas, a las de Andorra, claro.

Y cuando toman las de Villadiego es fácil criticarles, y dar lecciones de moral pública, sobre todo cuando se gana una centésima o milésima parte que aquellos. Como aquel que decía siempre viviría en su barrio hasta que tuvo para un chalet en Galapagar.

Cuando les conté el caso del Rubius, recordaba que en España es fácil ser rico, pero sólo a los ojos de Hacienda. Aquí te aplican el tipo máximo del IRPF en cuanto llegas a 60.000 euros (frente, por ejemplo, a 83.000 en Italia, 170.000 en Reino Unido, 265.000 en Alemania o 280.000 en Portugal). También tenemos impuestos Typical Spanish, como el de Patrimonio (que en la UE sólo existe en España) y el de sucesiones (que no se paga ya en casi la mitad de la Unión Europea). Si al IRPF le sumamos IVA y cotizaciones, algunos llegan a pagar el 66% de lo que ganan. Y somos el país que más grava los dividendos. ¿Eso se llama contribuir o confiscar?

Pero es más fácil criticar y subir 54 veces los impuestos, como ha hecho Sánchez, que gestionar y evitar el despilfarro. Es más fácil llamar a la solidaridad, al patriotismo y a la responsabilidad, mientras empobreces el país y gastas lo que no tienes a costa de las generaciones futuras, que crear atractivos y seguridad para la inversión internacional.

Ahora Calviño se lleva las manos a la cabeza porque Ferrovial se va y mientras, los pequeños ahorradores como VD y yo, sólo en enero sacamos de nuestras libretas 13.000 millones de euros de depósitos bancarios, la mayor salida mensual de la historia, lo que demuestra que tiramos de los ahorros para vivir. Éste es el resultado de la política económica del Gobierno: los ricos van a seguir siendo ricos, los no tan ricos cada vez más pobres y los pobres cada vez más numerosos. Viva el socialismo.

Sólo queda confiar en que se cumpla aquello que decía Margaret Thatcher: «El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás». Y, con este Gobierno, ya queda menos.