Fanatismo y buenismo sobre el Medio Oriente
¿En qué se parece la extrema izquierda a Hamás? Es evidente, en su fanatismo. Aceptando que no estamos hablando de un ataque del pueblo palestino, sino de una ofensiva terrorista cuyos ejecutores no gritaban «Libertad para el pueblo» sino «Alá es grande».
Y aquí no vamos a defender, ni siquiera a hablar, de buenos o malos, de sionismo e islamismo, ambos asuntos complejísimos y pertenecientes al pensamiento radical y sus proyecciones. Sin embargo, como cualquier persona moderadamente sana y formada, condeno que unos hombres, quienes sean, maltraten a civiles inofensivos, porque lo contrario es la barbarie, volver al mono.
Lo terrible (uno de los muchos fenómenos pavorosos que tenemos delante de las narices) es que la izquierda española, la que nos gobierna obscenamente, que hace mucho tiempo se ha vuelto loca, la misma izquierda que se rasgaba las vestiduras como Caifás resucitado por el besito de Rubiales y quería meterlo en la cárcel por un delito inexistente… Esa misma izquierda buenista y puritana (ahora hablaremos del buenismo) defiende, con banderas y arengas los actos de terrorismo recientemente ocurridos, que no califican de terrorismo, y justifican con circunloquios y trampas mentales más o menos trabajados. Algunos grotescos.
¿Cómo se justifican 40 bebés degollados, Yolanda?
Se lo pregunto a Yolanda y su vocecita, a la Yolanda del buenismo, a la del dedo acusador, la misma del borrado de las mujeres, como las que Hamás patea y ejecuta.
¡Fanatismo de Sumar! ¡Fanatismo de Hamás! La tendencia mezquina y siempre irracional en defensa de una supuesta creencia, causa, ideología… Detrás de la cual no hay nada, porque ninguna idea elevada justifica bajo ningún concepto la violencia ni la maldad, porque detrás de los fanáticos (y de los buenistas) solo hay miedo, egoísmo, ignorancia, inseguridad y descontrol. Y todo a expensas de la empatía y la comprensión.
Mientras los medios internacionales estallan de imágenes truculentas, de mujeres zarandeadas y ancianas moribundas a causa de la crueldad que justifica nuestra coalición, Irene Montero, todavía Ministra de Igualdad (no sé por cuáles milagros) clama indignada por la filtración de la declaración de Jenny Hermoso, mientras calla estrepitosamente por todas las jóvenes violadas y apaleadas en Israel.
¡Y el fanatismo de Podemos! El problema es que el fanatismo, más cercano que nunca a lo que aquí llamamos buenismo, mata. ¿Qué hay de la islamización de Europa?
Yo siempre he estado a favor de los migrantes, y lo estoy. Creo en la repartición, en la cooperación y en la justicia social, pero comienza a preocuparme lo que ocurre por aquí ¿Tenemos claro que estos espantos en nombre de Alá no van a llegar a nuestras calles?
¡Ya sea por egoísmo! No pidamos a esta panda que resuene con las víctimas en nombre de la compasión ni de la inteligencia, ¿Echenique, has leído los estatutos de Hamás? ¿Sabes lo que harían contigo esas gentes cuyo único objetivo es islamizar? (Hamás es un grupo salafista, la versión más delirante del islam)
¿Sabes, Errejón, lo que harían con la Portavoz de Feminismo, Igualdad y Libertades LGTBI+ de Sumar?
Pero miremos a la extrema derecha y sus no menos desquiciantes tragaderas antisemitas… De la mano de la extrema izquierda y de «Alá Grande» que colgaría y lo hará, si tiene oportunidad, a los socialistas, comunistas, a todos los demócratas y a cualquiera que no se arrodille mirando a la Meca.
Pocas cosas hay más vomitivas que el sionismo, y una es el islamismo… Defendido ahora por Pablo Iglesias, por Monedero… ¡Hipócritas! ¿Habrán visto a esa joven destrozada, con las piernas desencajadas que va desnuda en un jeep mientras la insultan y escupen los que justifican? ¿Lo has visto tú, Maruja?
¿Y qué queréis para Palestina, caterva de ingenuos fanatizados? ¿Un régimen donde las mujeres sean estabuladas y los insurgentes (ateos, homosexuales…) colgados? ¿Qué queréis para el mundo? ¿Queremos un futuro «iranizado», queremos vivir así?
En cuanto a la libertad religiosa y de pensamiento: el 21,1% de la población de Israel es árabe musulmana, los cristianos, el 5%, todos ciudadanos de pleno derecho, derecho que los cristianos no disfrutan en los países musulmanes. En Gaza no hay judíos y en Cisjordania son linchados.
Los servicios de emergencia israelíes del lugar fatídico donde cientos de civiles bailaban, voluptuosos, incautos, en un festival de música la noche del sábado, han recuperado más de 300 cadáveres. Y comienza otra guerra donde la gran perdedora de las acciones de Hamás será la causa palestina, donde Palestina es para todos nosotros mucho más que el salvajismo de Hamás, claro. Y debería sobrevivir, sin él.
Pero el fanatismo nos gobierna.
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