Opinión

La cruzada regulatoria y fiscal contra el tabaco es puro humo

La cruzada regulatoria y fiscal, puro intervencionismo, amenaza por extenderse por la UE y el ministro de Sanidad de los Países Bajos, Vincent Karremans, ha instado a la  Comisión Europea, a través de una carta al comisario de Salud de la UE, Olivér Várhelyi, a acelerar el desarrollo de un nuevo marco con restricciones exhaustivas a los cigarrillos y otros productos de nicotina, como las bolsas de nicotina y los cigarrillos electrónicos. Una nueva vuelta de tuerca al sector bajo el falso marchamo del ‘progresismo sanador’. Puro cinismo. 

Estamos ante lo de siempre: la hipocresía cotiza al alza en una UE donde bajo la añagaza de ‘los peligros para  la salud’ se pretende hacer negocio. Sin embargo, incrementar la fiscalidad contra el consumo de tabaco es una receta caduca. No hay que ser muy sagaz para concluir que la Unión Europea se enfrenta a retos que obligarían, por una elemental cuestión de sentido común, a no pretender matar moscas a cañonazos y a centrar sus esfuerzos en garantizar su propia supervivencia, en lugar de emprender cruzadas como las que pretende el Gobierno holandés.

En un momento en el que Europa se enfrenta a un problema de competitividad evidente incrementar la carga fiscal y el intervencionismo es la peor de las recetas, más aún si lo que se pretende es actuar contra las compañías que más esfuerzos están haciendo en materia de innovación tecnológica. En estas circunstancias, y ante los riesgos de que la UE se abrace al intervencionismo más recalcitrante, no estaría de más releer el Informe Mario Draghi: para que Europa vuelva a ser competitiva, se necesita huir de la sobrerregulación, reducir la burocracia, aumentar la inversión y hacerlo de manera colaborativa y con visión de futuro. No a través de aumentos de impuestos. «Por el humo se sabe dónde está el fuego», reza la romanza de Doña Francisquita. Pero en la UE no se enteran.