Opinión

Aquelarre franquista

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

El primer aquelarre franquista celebrado esta semana en Madrid, planteado como el único gran proyecto sanchista para incautos, demostró ser lo que el sentido común preveía: un nuevo ladrillo infecto de mentiras y medias verdades al objeto de intentar levantar el «muro» con el que impedir que en esa España democrática, libre y abierta de la que presumen a los cincuenta años de la muerte del general, pueda existir una alternativa de poder.

El resto, meras paparruchadas a distribuir por políticos de cuarta división como alpiste ideológico para gentes sin lecturas bajo la dirección de una sectaria irredenta Carmina Gustrán, que es otra que se llevará un pastón a cargo del contribuyente a la que los agentes de la Agencia Tributaria deberían poner en su foco por lo que pudiera ocurrir.

Si realmente el sanchismo, sus comunistas compañeros de viaje, sus independentistas y bilduetarras estuvieran interesados en defender la democracia y enseñar a las nuevas generaciones la diferencia entre la libertad y la tiranía, todos ellos, en bloque como antes el Muro de Berlín, estarían en estos momentos en las calles defendiendo a los vencedores democráticos en Venezuela y no defendiendo a Maduro y sus genocidas de la mano de ese español irredento y viscoso llamado José Luis Rodriguez Zapatero.

Mucho más interesante, desde el punto de histórico y pedagógico, es, sin duda –se comprobará cuando pase el tiempo–, el «Manifiesto contra Franco» elaborado y difundido por un grupo de ex dirigentes políticos, intelectuales de postín y periodistas, donde ponen el punto sobre el final de la dictadura y la recuperación democrática.

Lo de Sánchez en esa primera entrega que dispara con el dinero del contribuyente es tan de chacota, tan obsceno, tan ridículo que el columnista (que ha leído más de 90 libros sobre la Guerra Civil y posteriores) no tiene más remedio que acudir a la carcajada para no sufrir el vómito. Dijo, por ejemplo, que en 1975 España tenía 15.000 dólares per capita y ahora, en el 2025, 31.000. ¿Se habrá vuelto majara este individuo? La traslación más objetiva es que esos quince mil serían 204.000 dólares, amén de que en ese momento el endeudamiento del Estado era igual a cero, Zapatero.

En fin… Nada serio a lo que agarrarse. Ellos saben por qué lo hacen y qué buscan. Mientras entretienen al personal con esas cortinas de humo flácidas, el recibo de la luz ha subido un 32 por ciento y los alimentos una media del 40 por ciento… ¿Acaso es el pueblo español masoquista? ¡Pudiera!

Lo que me pregunto es qué pensará, por ejemplo, Ernesto Urtasun, nieto e hijo de hiperfranquistas; al primero lo condecoró Franco con la Medalla al Mérito por matar republicanos y además con pensión de por vida incluida. Me pregunto qué pensará José Bono, hijo de franquista y miembro de los jovenes falangistas que estudiaron el curso de mandos de la Guardia Franco; el padre de Fernández de la Vega; el padre de Cristina Almeida…Y así un sinfín de camaleones que adoraron en sus familias al dictador (beneficio económico incluido) y ahora buscan otro semidictador de trajes caros y vuelos más caros que colocar en sus vidas, es decir, Sánchez. Por precio, prebendas y mamandurrias… ¡Naturalmente!

Todo triste, engañoso y cutre.