Navidad
Mercadillo de Navidad

Parece Austria pero el mercadillo de Navidad rural más bonito de toda Europa está en España

El mercadillo de Navidad de Santillana del Mar ha sido elegido el más bonito de Europa, según National Geographic

A veces, para vivir una Navidad de cuento no hace falta coger un avión ni plantarse en Austria. Basta con mirar hacia el norte de España. En concreto, hacia Cantabria. Allí, en un rincón que parece detenido en el tiempo, se encuentra Santillana del Mar, un pueblo de 4.200 habitantes con tanto encanto que cuando llega diciembre se transforma en algo aún más especial. Calles empedradas, casas medievales y un ambiente navideño que no tiene nada que envidiar a los mercados centroeuropeos. Conozcamos ahora el mejor mercadillo de Navidad rural de Europa.

National Geographic es la publicación que ha designado al mercadillo de Navidad de Santillana del Mar como el más bonito de Europa dentro de su categoría rural. Y no es una exageración. Este pequeño pueblo cántabro lleva años celebrando la Navidad a lo grande, pero sin perder su esencia. Lejos de las aglomeraciones de otras ciudades, aquí todo se vive con más calma, con esa mezcla entre lo tradicional y lo mágico que hace que el viaje merezca la pena desde el primer paso. A tan sólo media hora de Santander, encuentras un rincón con una luz cálida, olor a castañas, sonidos de villancicos y una decoración que respeta lo que el pueblo ya es: un lugar único. Y así, cada año, el entorno histórico de Santillana se viste de fiesta para celebrar la Navidad por todo lo alto.

El mercadillo de Navidad rural más bonito de toda Europa está en España

El alma de este mercadillo está en el Parque de Revolgo, un espacio amplio y verde que, durante las fiestas, se transforma por completo. Lo llaman la Ciudad de la Navidad, y con razón. Renos, osos decorativos, nieve artificial y hasta un rincón dedicado a los Reyes Magos, con su séquito incluido. Todo pensado para que las familias se sientan como dentro de una película navideña. Desde finales de noviembre hasta el Día de Reyes, todo aquí gira en torno a la ilusión.

Más de 500.000 bombillas dan luz a este lugar sin que pierda su aspecto de villa medieval. Hay espacio para el Buzón Real, para hacerse fotos en el árbol de Navidad gigante, y para pasear sin prisas, algo que se agradece en estas fechas.

Una cabalgata como pocas

Si algo ha hecho famoso a Santillana del Mar en Navidad, además del mercadillo, es su cabalgata de Reyes. Pero no es una cabalgata más. Aquí se vive como una verdadera representación teatral al aire libre. Más de 500 personas participan en una puesta en escena que recorre todo el centro histórico, con trajes, antorchas, animales y escenas que recrean pasajes bíblicos.

Este evento, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, se ha convertido en uno de los más esperados del año. Las carrozas desfilan entre calles estrechas, los vecinos se vuelcan en la organización, y los visitantes lo viven como un espectáculo que emociona tanto a pequeños como a mayores. Todo está cuidado al detalle.

Junto a la cabalgata, el Belén viviente completa la experiencia. Y si eso no fuera suficiente, en los últimos años también se ha sumado la tecnología: videomapping, espectáculos de luces, conciertos y funciones de magia que se reparten por distintos rincones del pueblo.

La Colegiata, centro espiritual de la Navidad

Pero si hay un lugar que impone por su belleza y su historia en estas fechas, ese es la Colegiata de Santa Juliana. Este templo románico del siglo XII es el gran símbolo de Santillana del Mar, y durante la Navidad cobra un protagonismo especial. Aquí se celebran misas solemnes, conciertos y visitas guiadas que permiten ver el edificio desde otra perspectiva, envuelto en luces suaves y un ambiente casi místico.

El claustro, con sus capiteles esculpidos, es uno de esos lugares que te obligan a bajar el ritmo. Además, dentro reposan personajes importantes del pasado, cuyas historias se mezclan con las leyendas de este lugar tan cargado de significado.