Naturaleza
Plagas

Así se distingue una cucaracha negra, una rubia y una americana: poca gente sabe diferenciarlas

En los meses de calor, la presencia de la tediosa cucaracha se incrementa notablemente. Y es que en este marco, la temperatura y la humedad favorecen su reproducción y actividad, lo que provoca que aparezcan con más frecuencia en cocinas, sótanos, locales gastronómicos y espacios comunitarios.

Estos insectos son de hábitos nocturnos, evitan la luz y permanecen ocultos durante el día. Pueden sobrevivir varios meses sin alimento, pero no más de dos semanas sin agua. Su capacidad para refugiarse en hendiduras estrechas las convierte en una plaga persistente, capaz de mantenerse oculta durante largo tiempo si no se actúa de forma específica.

 ¿Cómo se distingue una cucaracha negra, una rubia y una americana?

En el territorio español se detectan varias especies, pero tres destacan por su frecuencia: la cucaracha rubia, la cucaracha negra y la cucaracha americana. Cada una presenta diferencias claras en su aspecto físico, su comportamiento y su lugar de refugio.

La cucaracha rubia

La Blattella germanica, conocida como cucaracha rubia, cucaracha del café o cucaracha alemana, tiene un tamaño que oscila entre los 10 y 15 milímetros.

Su color varía del castaño amarillento al pardo y presenta dos bandas longitudinales oscuras en el tórax. Aunque cuenta con alas, rara vez las utiliza para volar.

Su hábitat preferido son las zonas cálidas y húmedas, sobre todo cocinas (el paraíso de las cucarachas) y motores de electrodomésticos como frigoríficos, hornos, lavadoras o cafeteras. Es ágil, rápida y capaz de trepar con facilidad, desplazándose habitualmente cerca de sus nidos. Es habitual verla en encimeras y paredes durante la noche.

En infestaciones elevadas puede extenderse a baños y otras zonas del hogar, llegando incluso a refugiarse en motores de aparatos electrónicos como ordenadores. Su presencia en bares y restaurantes es frecuente, lo que la convierte en un riesgo para la higiene alimentaria.

La cucaracha negra

La Blatta orientalis, conocida como cucaracha negra o cucaracha oriental, mide entre 20 y 25 milímetros. Su color suele ser negro o marrón muy oscuro.

Presenta alas reducidas y carece de capacidad de vuelo. Es más robusta y lenta que la cucaracha rubia y tiene menor capacidad para trepar, salvo en superficies muy rugosas.

Prefiere entornos más fríos, aunque al igual que otras especies necesita humedad. Suelen anidar en alcantarillas y entrar a edificios a través de cañerías, bajantes y desagües. En viviendas, se localiza sobre todo en baños y cocinas durante la noche, moviéndose por el suelo o superficies horizontales.

También se encuentra en sótanos, garajes, cuartos de motores y depósitos de agua de comunidades de vecinos. En exteriores, es habitual verla salir de alcantarillas por la noche.

La cucaracha americana

La Periplaneta americana es la de mayor tamaño entre las que se encuentran en España, alcanzando entre 30 y 45 milímetros. Su color es marrón rojizo y posee alas bien desarrolladas, con capacidad de vuelo. Es rápida y trepa con facilidad, lo que le permite desplazarse entre distintos niveles de un edificio.

Prefiere lugares cálidos y húmedos como mercados, almacenes de comida, viviendas con falsos techos y alcantarillas. También puede entrar por las ventanas, especialmente en climas cálidos y húmedos. Durante la noche, no es raro verla volando en torno a farolas cercanas a contenedores.

Su presencia en el alcantarillado urbano le facilita el acceso a diferentes zonas, incrementando el riesgo de infestación en áreas próximas.

¿Qué factores comparten estas especies?

Pese a sus diferencias, la cucaracha rubia, la cucaracha negra y la cucaracha americana comparten algunos comportamientos esenciales. Todas dependen de la humedad para sobrevivir, pues no resisten más de dos semanas sin agua.

Son de hábitos nocturnos, evitan la luz y se alimentan de restos orgánicos, comida preparada y residuos acumulados en desagües.

Por último, su capacidad para esconderse en grietas y espacios reducidos complica su localización y eliminación. Estas características, unidas a su resistencia y adaptabilidad, las convierten en una plaga que requiere un control preciso y un tratamiento adaptado a cada especie.