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Palo de la DGT: va a quitar el carnet de conducir a todas las personas que estén en esta lista

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La seguridad vial es una prioridad para la Dirección General de Tráfico (DGT), que implementa normas y medidas destinadas a evaluar las aptitudes de los conductores. Una de las principales condiciones para renovar el carnet de conducir es cumplir con los requisitos de salud establecidos por la normativa vigente. En 2025, este proceso se ha vuelto más estricto debido a la inclusión de nuevas enfermedades en el listado de patologías que pueden impedir o limitar la renovación del permiso.

El estado de salud de un conductor puede afectar significativamente su capacidad para conducir de manera segura, tanto para él como para el resto de usuarios de la vía. La DGT subraya que no todas las enfermedades afectan de la misma manera a las habilidades necesarias para conducir, razón por la cual las evaluaciones se realizan de manera personalizada, considerando factores como la gravedad de la patología, la eficacia del tratamiento y la evolución del paciente. Entre las enfermedades que pueden influir en la conducción se encuentran condiciones como la ansiedad, la depresión o los trastornos del sueño, que pueden afectar a los reflejos y la concentración.

Enfermedades que impiden renovar el carnet de conducir en 2025

En algunos casos, padecer ciertas enfermedades no significa que el conductor pierda automáticamente el derecho a renovar su carnet. Sin embargo, es necesario que un médico certifique que la condición está controlada y que no representa un peligro para la seguridad vial. Las patologías que requieren este tipo de informes incluyen: depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), enfermedades neurológicas y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

En estos casos, el médico debe certificar que el tratamiento es eficaz y que la enfermedad no afecta negativamente la capacidad de conducir. Por ejemplo, una persona con ansiedad controlada mediante tratamiento puede renovar del carnet si se demuestra que su condición no compromete la seguridad al volante.

Sin embargo, sí hay ciertas enfermedades pueden impedir que el conductor obtenga la renovación del permiso debido a los riesgos significativos que representan. Cada una de estas patologías se evalúa de manera individual, considerando factores como la gravedad, la respuesta al tratamiento y la posibilidad de adaptaciones en el vehículo. Por ejemplo, una persona con apnea del sueño controlada mediante tratamiento puede obtener la renovación por periodos de entre uno y tres años, dependiendo del caso.

Enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares representan un grupo de condiciones que pueden afectar gravemente la capacidad para conducir de manera segura. Entre estas afecciones, las arritmias son muy relevantes, ya que alteran el ritmo normal del corazón, lo que podría provocar mareos o pérdidas momentáneas de conciencia. Del mismo modo, un infarto agudo de miocardio no solo es una emergencia médica, sino que también conlleva secuelas que pueden comprometer las funciones vitales del conductor.

Por otra parte, la insuficiencia cardíaca, que se manifiesta como la incapacidad del corazón para bombear suficiente sangre al organismo, genera fatiga extrema y dificultad respiratoria, limitando la atención y los reflejos al volante. Finalmente, el uso de dispositivos como marcapasos o desfibriladores automáticos, aunque suelen estabilizar ciertas patologías, requiere una evaluación médica rigurosa.

Patologías neurológicas

En el ámbito neurológico, la epilepsia destaca como una de las enfermedades más restrictivas para la conducción, ya que las crisis convulsivas o pérdidas de conciencia repentinas son incompatibles con la seguridad vial. Asimismo, los antecedentes de accidentes cerebrovasculares, que pueden causar déficits motores, visuales o cognitivos, requieren un control exhaustivo para evaluar el nivel de recuperación y la ausencia de episodios recurrentes.

Trastornos endocrinos

Las enfermedades endocrinas también pueden influir significativamente en la aptitud para conducir. La diabetes mellitus insulinodependiente es un claro ejemplo, ya que puede provocar episodios de hipoglucemia, los cuales afectan el estado de alerta y la capacidad de reacción del conductor. Por otro lado, las disfunciones tiroideas, como el hipotiroidismo o hipertiroidismo, pueden generar síntomas que van desde fatiga extrema hasta nerviosismo excesivo, ambos incompatibles con una conducción segura.

Problemas respiratorios

En cuanto a las enfermedades respiratorias, la apnea obstructiva del sueño es especialmente preocupante. Esta condición, cuando se asocia con somnolencia diurna moderada o grave, incrementa notablemente el riesgo de accidentes, ya que el conductor puede experimentar microsueños al volante.

Enfermedades oncológicas y hematológicas

Los tratamientos asociados a estas enfermedades, como la quimioterapia o la radioterapia, suelen causar efectos secundarios como fatiga intensa, náuseas o disminución de las capacidades cognitivas. Estas alteraciones pueden comprometer las habilidades psicofísicas necesarias para conducir de manera segura.

Afecciones del aparato locomotor

Finalmente, las afecciones del aparato locomotor, como limitaciones graves en las extremidades o en la columna vertebral, pueden restringir la movilidad . Estas condiciones no solo dificultan la conducción, sino que también pueden requerir adaptaciones específicas en el vehículo.

En definitiva, la renovación del carnet de conducir en 2025 exige una mayor atención a las condiciones de salud de los conductores. Las enfermedades que pueden impedir o limitar este proceso están claramente definidas, y la evaluación médica desempeña un papel fundamental para garantizar la seguridad vial.