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Gatos naranjas: curiosidades, características y cómo son

Son gatos muy especiales

El gato naranja es uno de los más especiales que existen, y es bien conocido por personajes como Garfield o el Gato con Botas. ¡Te contamos algunas curiosidades sobre esta raza!

¿Qué tipos de manchas tienen?

Por lo general, los gatos naranjas se clasifican en tres grupos según las manchas que tienen. El más común de todos es el denominado atigrado. Recibe este nombre porque su pelaje forma una serie de líneas repartidas por todo su cuerpo. También existe el marmoleado, considerado uno de los más bellos, cuyo pelaje forma franjas anchas con forma de remolino. Y, por último, el manchado, en el que el color del pelaje forma manchas por todo el cuerpo y le da al animal el aspecto de un pequeño guepardo.

Machos

Hay algo muy curioso sobre los gatos naranjas, y es que en su mayoría son machos. Es el cromosoma X el que transporta el color naranja. Las hembras tienen dos cromosomas X, mientras que los machos tienen un cromosoma X y otro Y. Por lo tanto, para que una hembra sea naranja debe tener el gen en ambos cromosomas X, algo muy complicado. Mientras, el macho únicamente necesita llevarlo en el cromosoma X ya que el Y sólo da información sobre el sexo, no acerca del color.

Obesidad

Cuando adoptas a un gato naranja debes velar por su bienestar y buen estado de salud. Es una raza con una especial predisposición a la obesidad, así que es importante controlar su alimentación. Estos gatos tienden a comer más de la cuenta, sobre todo si están esterilizados.

«M» en la frente

El gen T en los gatos naranjas es el responsable del dibujo que hace su pelaje con rayas o manchas distribuidas por su cuerpo. También hace que tengan una figura muy particular en la frente, cerca de sus ojos, con forma de letra «M».

Sociabilización

Si estás pensando en adoptar un gato naranja, debes saber que es una de las mejores mascotas que existen porque tiene un carácter muy social y extrovertido. Se lleva muy bien con los niños porque es juguetón, aunque al principio suele mostrarse tímido. Pero, en cuanto coge confianza, puede pasarse el día jugando con ellos.

Ahora bien, es esencial realizar una adecuada sociabilización desde que son cachorros. De lo contrario, en su edad adulta pueden ser distantes y testarudos. Tienen que acostumbrarse al contacto humano positivo desde pequeños y permanecer con su madre hasta que cumplen los tres meses de edad.