Investigación

El diario podemita de Roures se alía con el mafioso Cursach acusado de organización criminal y narcotráfico

El diario Público se ha aliado con el conocido mafioso balear, Bartolomé Cursach, para atacar a OKDIARIO y denigrar a su director, Eduardo Inda. El conocido capo de la noche mallorquina se sentará pronto en el banquillo procesado por los delitos de cohecho, organización criminal y tráfico de drogas. También fue señalado como responsable del homicidio de un ex trabajador, pero la acusación fue archivada.

El diario del podemita Jaume Roures publicó ayer el contenido de un supuesto informe que José Villarejo elaboró para Cursach, en 2005, sobre la vida privada y actividad profesional de los periodistas Pedro J. Ramírez, entonces director de El Mundo; Eduardo Inda, director de El Mundo/El Día de Baleares, y Esteban Urreiztieta, jefe de investigación del diario balear.

Jaume Roures. (Foto: AFP)

Además del fallecimiento de un testigo que podía haber implicado al empresario de Palma en la posesión de material pedófilo, la Justicia llegó a investigar a Cursach por una larga lista de delitos: extorsiones, cohecho, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, delito contra la Hacienda pública, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, corrupción de menores, contra el derecho de los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio y tenencia ilícita de armas. Finalmente, la acusación quedó reducida a tres delitos.

OKDIARIO desveló el pasado viernes que el capo Cursach negoció con José Villarejo en 2005 un contrato por 510.000 euros para investigar a los periodistas Ramírez, Inda y Urreiztieta. Entre los archivos incautados por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) en el domicilio de Villarejo en Boadilla del Monte (Madrid), durante su detención en noviembre de 2017, hallaron una carpeta con la inscripción «Antojo». En su interior, entre otras nueve subcarpetas, destacaba una con la marca «SP». Eran las iniciales de la palabra «piscina» en inglés («Swimming Pool»), en referencia al escándalo de la piscina de Pedro J. en su casa de Mallorca, que algunos denunciaban su ilegalidad.

Oficio 2823/2019 de la Unidad de Asuntos Internos remitidos al magistrado Manuel García Castellón el 13 de diciembre de 2019.

Se trataba de un proyecto que Villarejo había presentado a Cursach para emprender una investigación sobre los entonces periodistas de El Mundo que desde sus páginas desvelaba los negocios turbios del empresario mallorquín. Las investigaciones incluían también las corruptelas de Cursach con altos cargos del Partido Popular en las Islas entonces liderado por Jaume Matas.

Asuntos Internos halla en la casa de José Manuel Villarejo un pendrive con una carpeta denominada ‘Antojo’.

Cursach niega el documento

Cursach negó ayer a gente de su confianza que llegara a pagar ese dinero a Villarejo y, mucho menos, que tuviera en su poder un informe como el descrito por el diario de Roures.

Público, que desde hace cinco años viene señalando al ex comisario Villarejo como el máximo exponente de las cloacas del Estado y negando la fiabilidad de sus investigaciones, da ahora credibilidad a un supuesto informe privado, elaborado exclusivamente para contentar las filias de Cursach hacia los periodistas de El Mundo/El Día de Baleares.

El periódico del magnate trostkysta de la comunicación mantiene que, según Villarejo, los periodistas «estaban ejecutando a través de informaciones una campaña política y económica para un sector del PP balear». Sorprende tal visión de los hechos cuando las hemerotecas pueden confirmar todo lo contrario: las denuncias periodísticas de Inda y Urreiztieta nunca fueron muy positivas para los intereses de los populares. Provocaron las dimisiones de algunos de sus dirigentes más significativos, como el propio Jaume Matas. También la de María Antonia Munar, la presidenta de Unió Mallorquina.

El autor de la información, Carlos Enrique Bayo, se lamenta en su artículo de que «al rey de la noche de Palma» todo le iba bien hasta que «de pronto llegó Eduardo Inda a dirigir El Mundo de Baleares, bajo órdenes expresas de Pedro J. Ramírez, y emprendió una campaña mediática implacable».

Según Bayo, el mal de los periodistas fue cumplir con su obligación, destapando sobre Cursach «irregularidades en sus discotecas y desvelando que presuntamente tenía a sueldo al ex presidente balear Gabriel Cañellas, del PP, partido que gobernaba la comunidad de Ses Illes».

Cursach (derecha) es conducido por la Policía hasta los Juzgados de Palma (Foto: Cati Cladera/EFE)

Ese es el planteamiento principal de Público, cuyo propietario es el magnate de la comunicación, cuyo grupo multimedia fue multado con 20 millones de euros por un tribunal de Nueva York por el pago de comisiones ilegales a directivos de la FIFA. El diario de Roures, que se presenta como el deshollinador de las cloacas, se queja de que otro medio destape los negocios corruptos de un empresario que durante años se convirtió en el punto de mira de la Justicia balear. El diario republicano se alía con los corruptos cuando el objetivo es atacar a Eduardo Inda.

De enemigos a aliados

Para las fuentes judiciales consultadas por OKDIARIO resulta rechinante que, quien ahora defiende a Cursach desde las páginas de Público, es el mismo autor que durante 2019 mostró mucha más saña hacia Cursach que los periodistas que ahora denuncia.

Estos son algunos de los titulares de Bayo en Público: «La mafia de Cursach impulsa una campaña de prensa para invalidar la instrucción del caso», «Los abogados de la mafia de Cursach irán a juicio por amenazar a los testigos protegidos», «La mafia policial de Cursach se organiza para intimidar a los investigadores y los testigos», «Víctimas de la mafia policial de Cursach piden la ayuda de Sánchez ante la pasividad judicial», «Los audios del intercambio de favores entre el mafioso Cursach y Joan Mesquida, candidato de Cs» o «La Policía Nacional balear tapó las denuncias de la complicidad de sus mandos con Cursach».

«Algo inexplicable. Los mismos que censuraron a periodistas de la competencia por haberse entrevistado con Villarejo después de ser imputado coinciden ahora con el capo de los negocios nocturnos de Palma, que fue acusado de delitos tan graves como los de cohecho, organización criminal y homicidio, por los que tuvo que ingresar en la cárcel», manifestó a OKDIARIO uno de los letrados de la causa.

Cursach, según las investigaciones judiciales, ha dirigido durante años una trama criminal que lo han convertido en un próspero hombre de negocios. Es el dueño de las populares discotecas BCM Planet Dance, Tito’s, Riu y Megapark, de varios hoteles y del famoso restaurante de Palma Asadito.

Discoteca BCM Planet Dance en Magaluf (Mallorca).

Bayo miente cuando afirma que el informe elaborado por Villarejo para Cusarch figura en el sumario de la operación Tándem. Hasta la fecha la Unidad de Asuntos Internos sólo ha facilitado al magistrado de la Audiencia Nacional y a la Fiscalía Anticorrupción el proyecto de investigación que el ex comisario entregó a Cursach y que valoró en 510.000 euros. Así lo ha podido confirmar OKDIARIO en fuentes de la Audiencia Nacional y de la Fiscalía Anticorrupción.

Criminalizar a las víctimas

La información de Público criminaliza a quienes, en realidad, son las verdaderas víctimas del supuesto pacto entre Villarejo y Cursach. El diario republicano y podemita, en lugar de reprender las prácticas mafiosas del empresario mallorquín, deforma la labor profesional de los periodistas que denunciaron las cloacas de la corrupción en la noche de Palma.

El propio autor de la noticia se delata cuando describe los motivos espurios de la investigación de Villarejo: «El Proyecto SP – «Swimming Pool»-, tendría como objetivo fundamental salvaguardar los intereses del Grupo Económico representado por K (como el comisario identifica a Cursach), pretendiéndose conocer con profundidad la posibilidad de que CESE LA CAMPAÑA DE PRENSA NEGATIVA, que desde un medio de comunicación, se lleva a cabo contra K, tanto personal como profesionalmente».

Resulta sorprendente que Bayo, que durante años ha convertido a Villarejo en el centro de gravedad de todos los males de España, diga de él que «tiene una explicación mucho más profunda y política». Y lo convierta hasta en un analista político: «Por tanto, Villarejo argumenta -en el informe «SP»- que la campaña de El Mundo contra Cursach continuará ‘mientras persista la tensión política’».

Comisario José Manuel Villarejo.

Bayo destaca del supuesto informe de Villarejo este párrafo: «Tanto EDI (Inda) como PJ (que en todo momento han estado informando a MAR (Matutes) y a JAMA (Matas) antes de cada publicación) dan por supuesto, que la sensación de desamparado [sic] por el acoso mediático que está sufriendo K (Cursach)…poco a poco irá minando su estado emocional».

Bayo olvida, en cambio, las informaciones de El Mundo sobre la Operación Mengele, las escuchas de Manglano, los papeles secretos de la Guerra Sucia del CESID y otras exclusivas sobre los servicios de información españoles, cuando transcribe otras supuestas conclusiones de Villarejo: «PJ (Pedro J. Ramírez) ha ejercido un refinado espionaje bajo el epíteto de ‘periodismo de investigación’, mediante el asesoramiento subjetivo, parcial y sesgado, realizado a través de Servicios de Información del Estado puestos a su disposición».