El CNI contactó a un ex militar vinculado a Podemos con acceso a la información sensible de Assange
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contactó a David Morales, el ex militar vinculado a Podemos investigado por blanqueo y cohecho, para acceder a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, entonces asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. Tal y como OKDIARIO ha podido saber en exclusiva, el objetivo de La Casa, como se conoce a los servicios secretos de España, era tener acceso a los archivos sensibles que Assange podía tener sobre políticos y empresarios españoles.
La vinculación entre el ex militar y Podemos radica en un contrato público, con un valor de 408.000 euros fechado en septiembre de 2020, donde Morales figura como avalista. De la misma manera, el ex militar recibió 9.725,37 euros del partido de Pablo Iglesias, un pago efectuado en 2019 que está siendo investigado por Juan José Escalonilla, juez del caso Neurona.
En 2012, el Gobierno de Rafael Correa contrató a Morales a través de su empresa Undercover Global SL para que se hiciera cargo de la seguridad de su sede diplomática en Reino Unido. Esta contratación se llevó a cabo a través de la Secretaría Nacional de Inteligencia de Ecuador (SENAIN), que pagaba a la empresa española con una partida de fondos reservados. Sin embargo, no fue hasta septiembre de 2017 cuando el CNI fichó a Morales, después de cinco largos años en los que hubo diversos intentos frustrados de acercamiento. Un propósito que finalmente acabó cuajando gracias al ahínco de los espías. A partir de ese momento, Morales mejoró el sistema micrófonos para reportar a La Casa todo lo que ocurría en el interior de la vivienda que usaba Assange.
El encargo de Ecuador al ex militar era vigilar el perímetro del edificio y controlar desde una garita las entradas y salidas. Pero la realidad fue bien distinta, ya que Morales instaló decenas de cámaras y micrófonos secretos que grababan imagen y sonido que monitorizaba todo lo que ocurría en el interior del inmueble. Decenas de horas de cintas a las que el CNI tenía acceso en tiempo real. De esta manera, no sólo quedaba registrado el día a día de Assange. También qué personas le visitaban y qué conversaciones mantenían. Una información de enorme utilidad para los servicios secretos españoles, que desconocían qué material sensible podía tener Assange sobre políticos y empresarios. También sobre las misiones clandestinas que lleva a cabo La Casa, algo que preocupaba enormemente en su impenetrable sede del kilómetro 8 de la carretera de La Coruña.
El CNI llevó a cabo la operación de fichaje a Morales mediante los agentes Ó.G. (hombre) y Á.C. (mujer). Si bien los servicios secretos, según fuentes del Ministerio del Interior, cuentan con 200 carnets falsos para dar cobertura a sus operaciones secretas, este periódico dispone de los nombres completos reales de los espías. Sin embargo, se limita a publicar únicamente sus iniciales para preservar su seguridad y evitar entorpecer sus futuras labores operativas.
Tras ser fichado, Morales cambió y mejoró los dispositivos de videovigilancia con los que Assange era observado. OKDIARIO se ha puesto en contacto con uno de los agentes del CNI que llevó a cabo el acercamiento a Morales para preguntarle sobre el ex militar. Tras escuchar su nombre, el agente se limitó a contestar: «No tengo nada que ver con ese asunto». Por otro lado, Morales no responde ni a los mensajes ni a las llamadas telefónicas.
Unos ingresos millonarios
La vigilancia de Assange en la Embajada de Ecuador le reportó a Morales unos ingresos económicos millonarios. Así lo revelan las cuentas de la compañía, a las que ha tenido acceso OKDIARIO. En 2012 su empresa tan sólo facturó 2.160,15 euros. Es decir, la escuálida cifra de 180 euros al mes. Una situación que cambió de manera radical tras el encargo del Gobierno de Ecuador, que contrató a la empresa española a pesar de que era una total desconocida en el sector de la seguridad.
Los balances de situación de la compañía reflejan que Morales, entre los años 2014 y 2018, época en la que ya vigilaba los movimientos de Assange, facturó un total de 8,6 millones de euros. Un crecimiento exponencial que también se ve reflejado en el número de trabajadores. La compañía pasó de tener 1 a 18 empleados. Fuentes próximas al trabajo que realizó el ex militar, relatan a OKDIARIO que en el contrato de Morales se pactaron unos emolumentos estratosféricos. En 2015, 70.000 euros al mes; y en 2016 y 2017, 84.100 euros al mes.
Según el Registro Mercantil, Undercover Global SL fue constituida por David Morales Guillén el 16 de mayo de 2008. Desde entonces, el ex militar siempre ocupó el cargo de administrador único. El objeto social de la empresa era “la enseñanza no reglada y realización de cursos de formación en materia de seguridad privada”. La compañía estaba domiciliada en Jerez de la Frontera, en Cádiz. El 11 de junio de 2020, la empresa comenzó una disolución voluntaria y a día de hoy se encuentra en un proceso de liquidación.
Nueve meses después de cerrar la empresa con la que vigiló a Assange, en marzo de este año, el ex militar fue identificado por la Policía tratando de abandonar España a través de Portugal, a pesar de que lo tiene prohibido por la Audiencia Nacional al estar siendo investigado por los delitos de blanqueo -porque los testigos declararon que Morales había registrado un aumento de patrimonio y había tratado de esconder dinero en Gibraltar-, cohecho y espionaje, entre otros, tras una querella interpuesta por Assange. Los agentes lusos detectaron a Morales en la frontera de Ayamonte (Huelva) con cuatro maletas y varios acompañantes. Tras ser identificado quedó en libertad.
A pesar de estar implicado en una de las causas judiciales más mediáticas del mundo, el periplo societario de Morales continúa. En la actualidad, figura en otras dos empresas: Undercover Security SL y Luxury Events Global Platform SL. La primera, constituida por él mismo el 12 de diciembre de 2016, se dedica a la seguridad privada. La segunda, que arrancó su actividad el 8 de febrero de 2018 y también fue abierta por el ex militar, es una agencia de viajes. Ninguna de las dos compañías ha depositado nunca sus cuentas ante el Registro Mercantil a pesar de ser obligatorio.
Los atentados del 11-M
A mediados del año 2010 se empezó a conocer parte del material que Assange tenía sobre España. Entre las filtraciones que se hicieron públicas se encuentran comunicaciones entre diversas embajadas americanas en todo el planeta, que intercambiaron durante meses información sobre los atentados yihadistas del 11-M.
Estados Unidos sostenía en esas comunicaciones que la victoria del PSOE en aquellas elecciones se debió a la “pobre gestión” del PP tras los ataques. También calificaba a Zapatero como “un presidente a corto plazo”, con ideales propios de una izquierda “trasnochada y romántica”. Uno de los políticos mejor valorados por la diplomacia americana era Alfredo Pérez Rubalcaba, hoy fallecido: “Capaz, serio y encantador”, aseguraban. La opinión era también muy buena sobre el Rey Don Juan Carlos, hoy en Emiratos Árabes Unidos, a quien instaban a “ganarse”.
El PSOE también se vio salpicado por las filtraciones relativas a los vuelos de la CIA que, transportando a prisioneros talibanes y de Al Qaeda hacia Guantánamo o sus bases en Irak y Afganistán, hacían escala en España. Especialmente tras el informe del Consejo de Europa del año 2006, en el que acusaba a un grupo de gobiernos, entre ellos el español, de complicidad con las posibles prácticas contra los derechos humanos que se daban en estos traslados. En estas filtraciones figuraban los nombres de los ex ministros socialistas Maria Teresa Fernández de la Vega y Miguel Ángel Moratinos.
Otra de las polémicas filtraciones fueron las relativas al caso José Couso, el operador de cámara asesinado en Bagdad, en Irak, en el año 2003, cuando el ejército estadounidense abrió fuego contra el hotel en el que se alojaba parte de la prensa extranjera que cubría el conflicto. Esta causa fue investigada por Santiago Pedraz, juez de la Audiencia Nacional.
El fundador de WikiLeaks
Julian Assange es el fundador de Wikileaks (del inglés leak, “filtración”), una organización internacional que publica a través de su página web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible de interés público preservando el anonimato de sus fuentes. El lanzamiento de la plataforma se llevó a cabo en 2006. Desde entonces su base de datos ha crecido constantemente hasta llegar a acumular 1,2 millones de documentos. Sus filtraciones han sonado en todo el mundo. Países como China o Estados Unidos.
A mediados de junio de 2012, Assange se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres y solicitó asilo político. El país latinoamericano aceptó tras considerar que su vida corría peligro ante una hipotética extradición a Estados Unidos -donde está vigente la pena de muerte- como consecuencia de la publicación de información sensible.
David Morales se ha puesto en contacto con OKDIARIO para dar su versión.
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